El hielo es una roca...o quizás no

Publicado el 25 junio 2022 por Tdi @RLIBlog


El hielo es agua solidificada, congelada al descender su temperatura por debajo de un límite determinado. Eso es ciencia básica. Sin embargo, si alguien señala un trozo de hielo y dice que se trata de una roca, parecería que carece de los conocimientos más fundamentales. Pero, ¿y si te dijera que podría tener razón?

La duda es razonable. Estamos acostumbrados a ver las rocas como algo prácticamente inmutable, cuyo estado no cambia visiblemente salvo en los volcanes. En cambio, el agua fluye, se precipita, forma nubes, glaciares, placas de hielo e incluso forma parte de nosotros. Sería como decir que somos 60% roca fundida. Esta comparación aparentemente absurda demuestra la importancia de las definiciones y cómo el aspecto técnico, que busca la mayor precisión, puede divergir de la percepción del público general.

El agua es el estado de agregación líquido del H2O, siendo el hielo y el vapor de agua los estados sólido y gaseoso. Es decir, se pueden tratar como formas independientes. Por lo tanto, amparándose en esto, ya en el siglo XIX, había científicos como G. F. Link, Karl Ernst von Baer, Alexander Theodor von Middendorf o B. Cotta que habían explorado Siberia y se referían al hielo de la corteza terrestre como una roca, ya que había similitudes entre el hielo y las rocas volcánicas. Ambos se formaban al solidificarse su fase líquida, con los glaciares siendo parecidos a las coladas enfriadas. O. Mügge incluso clasificó la nieve como una roca sedimentaria, ampliándose en el primer cuarto del siglo XX para incluir el hielo-magmático y, posteriormente, el hielo metamórfico. No obstante, estas clasificaciones serían descartadas en áreas como la glaciología y en el estudio del permafrost.

A pesar de ello, la idea del hielo como una roca resultaba útil para estudiarlo en el ambiente, especialmente en glaciares y el permafrost, tanto en la Tierra como en otros cuerpos donde no coexisten sus tres estados. De esta manera, se entendían mejor los cambios sobre la superficie del planeta, su comportamiento y estructura. Bajo este paradigma, el hielo puro sería un mineral, mientras el hielo glacial, que puede contener distintos tipos de hielo u otros materiales, sería una roca cristalina metamórfica. Aun con esto, la propuesta de la Asociación Internacional Mineralógica de considerarlo un mineral fue inicialmente rechazada. Ahora bien, está presente en la Clasificación de Strunz y en el Índice Químico de Minerales de Hey. De hecho, el hielo comparte propiedades físicas con los minerales, como un color claro o transparente; lustre o brillo vítreo; transparencia; cristales hexagonales de distintos tipos; dureza de 1,5 a 0ºC; gravedad específica de 1 g/cm3; exfoliación o crucero ausente; fractura concoidal y estructura similar a la esfalerita o el diamante. En cambio, el mercurio nativo es considerado un mineraloide a pesar de ser líquido a temperatura ambiente, fundirse a -40ºC y no compartir propiedades físicas de los minerales.

    Dobinski, W. (2006). Ice and environment: A terminological discussion. Earth-Science Reviews, 79(3-4), 229-240.