El bebé que nació en la región de Moulins en Auvergne, es fruto de una inseminación artificial llevada a cabo en Bélgica, país donde este procedimiento también es legal para parejas de lesbianas.
"Tan sólo necesitamos una inseminación para que mi mujer se quedase embarazada. Fue como una señal. Es lo más bonito que nos ha pasado en la vida" declaró una de las madres a la televisión local.
Por el momento la ley francesa sólo contemplará como madre a la mujer que ha dado a luz, aunque la aprobación del Matrimonio Igualitario, tal y como ha anunciado en varias ocasiones el primer ministro francés François Hollande, permitirá a estas madres, como a otras personas y parejas LGTB, beneficiarse de derechos tan fundamentales y humanos como ser madre o padre.