Hoy día siento que ese instante fue crucial para todo nuestro futuro vínculo. Si yo hubiera ignorado ese llamado interno, lo más probable es que se hubiera dificultado todo el desarrollo de lo que algunos llaman apego, otros attachment parenting, otros fusión emocional. En definitiva ese hilo invisible que une a madres e hijos y que es tan fuerte y poderoso en los primeros meses y años de vida cuando nuestros hijos son más desvalidos y más nos necesitan.
De ahí la importancia de proteger el vínculo de esta inseparable díada por parte de los otros cercanos (papá por sobre todos, por ejemplo en el sanatorio de las visitas!) y la importancia de que las mamás escuchemos nuestros propios instintos(que nos dicen a la perfección que hacer) y no las bien intencionadas sugerencias ajenas(porque todos piensan que pueden opinar sobre la crianza de los hijos ajenos?) o la de los profesionales cuando nos ordenan que hacer en vez de brindar información valiosa y dejar al propio criterio la decisión más sensata . La verdad reside en el interior de cada mamá cuando se permite escuchar a sí misma y sus emociones.