“El hipnotista”: En un paisaje frío y sangriento

Publicado el 16 julio 2013 por La Mirada De Ulises

[6/10]   Últimamente el cine ha recurrido a la hipnosis para reescribir sus historias y las de sus personajes. Lo vimos en “Trance” y ahora está presente en “El hipnotista”, aunque en la película de Lasse Hallström es solo el cauce para averiguar quién es el asesino en serie de una matanza sangrienta, y no tiene más trascendencia que la de ofrecernos un paisaje de desolación y soledad… en el que cada cual trata de quitarse un peso de encima o de encontrar consuelo y afecto en quien tiene al lado. Estocolmo ha sido el escenario de un crimen brutal de toda una familia, y el inspector Joona Linna pide ayuda al hipnotizador Erik Bark para que trate a Josef, el único superviviente, y averigüe quién fue el autor y se eviten nuevos atentados. Pero ese no es el único misterio, porque el pasado de Erik esconde errores que le producen insomnio y que amenazan con destruir su familia… cuando su mujer desconfía de él o su hijo es secuestrado.

 

Hallström, en su vuelta a su Suecia natal, se suma a la corriente de adaptaciones al cine de la novela negra escandinava, y lo hace con toda la frialdad y crudeza nórdica: salvajes son las escenas de sangre y nula la emoción que provocan las tristes vidas de sus personajes. Erik ha tenido que pedir perdón al menos dos veces… pero no encuentra la paz para el alma; su mujer Simone quiere pero no se siente capaz de volver a confiar en su marido, y ve cómo su hijo se aleja de ella; Josef oculta en su coma clínico un trauma que aquí no desvelaremos, lo mismo que su misteriosa hermana; y el solitario inspector busca esclarecer los hechos… mientras con el rabillo del ojo envidia la vida familiar de su ayudante Magdalena. Son varias las subtramas y varios los dramas personales… que el director y el guionista no terminan de hilvanar con acierto y que más bien parecen retazos de un mundo en descomposición.

Sin duda, lo más conseguido es ese clima de soledad y de necesidad de afectos, con dos madres que buscan a sus hijos por encima de todo… pero que no saben vivir con la realidad que tienen ante sus ojos. Las escenas de matrimonio de los Bark, entre el derrumbamiento de él y la histeria de ella, son lo mejor de una cinta donde la trama criminal avanza de manera rutinaria para resolverse débilmente con dos escenas de hipnotismo, y apuntalarse de manera más convincente en unos instantes finales de angustia y suspense. La figura del inspector actúa de observador a toda esa realidad social, y asiste incrédulo al dolor de una familia que vive su particular Navidad sangrienta (tiempo elegido no por casualidad). Tobias Zilliacus da vida a ese discreto y triste policía, mientras que Mikael Persbrandt asume en silencio todo el peso de la culpa y del drama de su personaje, entre los recuerdos soterrados y las acusaciones manifiestas de su esposa (una Lena Olin en un intenso trabajo).

Buena recreación de atmósferas desasosegantes para un retrato psicológico de los personajes y un panorama que habla del fracaso de la sociedad del bienestar. Al final, las madres buscan a sus hijos, los maridos a sus mujeres (y viceversa), y los niños a sus padres… porque el afecto y la sangre tiran mucho y siempre están detrás de todas las decisiones. En definitiva, este macabro thriller de Hallström discurre por el terreno rodado del cine de género pero sin pulso, con escenas desagradables y fuertes, con un paisaje humano tan frío como sangriento.

Calificación: 6/10

En las imágenes: Fotogramas de “El hipnotista”, película distribuida en España por eOne Films Spain © 2012 Filmpool Nord, Sonet Film y Svensk Filmindustri. Todos los derechos reservados.

  • “En un mundo mejor”: Gallina, terrorista o persona
  • “Stoker”: Copias defectuosas
  • “Sin tregua (End of watch)”: Hermanos de placa y sangre
  • “Hermano”: El gol de la vida
  • “Animal kingdom”: Jauría humana y familiar

Publicado el 16 julio, 2013 | Categoría: 6/10, Año 2013, Críticas, Suecia, Thriller

Etiquetas: El hipnotista, familia, Lasse Hallström, Lena Olin, Mikael Persbrandt, Tobias Zilliacus, Trance, violencia