El emblemático restaurante Can Soteras de Barcelona, que durante más de un siglo fue un referente de la gastronomía local, será reemplazado por un McDonald’s en 2025. Este histórico establecimiento, que abrió sus puertas en 1917 en la esquina del paseo de Sant Joan con la Diagonal, cerró definitivamente en 2020, después de 103 años de servicio. A lo largo de su trayectoria, Can Soteras se consolidó como un punto de encuentro para barceloneses y personalidades, siendo testigo de numerosos eventos y celebraciones familiares.
Can Soteras en la historia
Uno de los momentos más destacados en la historia del restaurante fue su papel como sede de las reuniones de la peculiar asociación Arca de Noé. Esta sociedad fue cofundada por el célebre pintor Santiago Rusiñol. Esta sociedad, caracterizada por su aire extravagante, reunía a personas cuyos apellidos estaban relacionados con animales. Se trató de una sociedad peculiar, con encuentros con un toque de humor muy particular.
A lo largo de los años, Can Soteras evolucionó para convertirse en un lugar clave para la celebración de bodas, bautizos y comuniones. Esto permitió que el local ganara fama y construyera su reputación como un espacio ideal para la celebración de banquetes.
En la década de los 80, Can Soteras añadió otro elemento a su leyenda gastronómica: los caracoles. El restaurante ofrecía hasta doce recetas diferentes de este peculiar manjar. Es por ello que el restaurante se convirtió en el favorito de los amantes de los caracoles en la ciudad. Una de sus creaciones más famosas fue bautizada como «caracoles cojonudos». Esta fue una versión picante elaborada con guindilla y chorizo.
Además, cada año celebraban su Semana del Caracol. En esta cita se reunía lo más selecto de la sociedad barcelonesa que disfrutaba de este plato tradicional.
Devenido en McDonald´s
Dada la rica historia y el valor simbólico de Can Soteras, la noticia de que el local será reemplazado por un McDonald’s ha generado gran indignación entre muchos ciudadanos. Los medios locales informaron que ya han comenzado las obras para transformar el espacio en una hamburguesería de la cadena estadounidense. Además, han informado que el local cuenta con una apertura programada para 2025. La conversión del local en un McDonald’s ha sido vista como una pérdida significativa para la ciudad. De hecho, muchos lamentan que no se haya protegido el legado del lugar.
A pesar de su relevancia histórica, Can Soteras no fue incluido en el catálogo de establecimientos emblemáticos de Barcelona que el Ayuntamiento publicó en 2016. Esto significa que no existe ninguna obligación legal de preservar elementos del mobiliario o la decoración original del restaurante. Es por ello que se han intensificado las críticas hacia el cambio planeado.
Según Alberto Mejías, cofundador de la plataforma Emblemátics Barcelona, esto ha dejado el camino libre para la transformación del espacio sin restricciones patrimoniales.
Las redes sociales se llenaron de comentarios nostálgicos y quejas de ciudadanos y figuras públicas que lamentan la pérdida de uno de los últimos bastiones de la gastronomía tradicional en Barcelona. El escritor Jordi Corominas expresó su descontento en redes, criticando al Ayuntamiento por su falta de sensibilidad hacia la historia de la ciudad. Por otro lado, usuarios recordaban momentos especiales vividos en Can Soteras, como banquetes de bodas o celebraciones familiares. Incluso algunos usuarios aseguran que ven la situación como un reflejo de la «decadencia de Occidente».
Cierres de restaurantes históricos
El descontento también alcanzó a figuras públicas como la profesora de Ciencia Política y articulista Astrid Barrio, quien lamentaba la falta de continuidad en el modelo de restauración y abogaba por opciones más saludables. Esta situación recordó las quejas que ya se manifestaron en 2020, cuando Can Soteras anunció su cierre. El portavoz de Vox en el Parlament, Joan Garriga, criticó en ese momento las políticas municipales, culpando a las restricciones y la falta de apoyo económico por el cierre de tantos restaurantes históricos.
Con la apertura del McDonald’s, Barcelona perderá otro de sus lugares icónicos, sumándose a una tendencia de transformación que ha generado debate sobre el equilibrio entre la modernización de la ciudad y la preservación de su identidad histórica.
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