El ritmo de la película es superior al de la anterior entrega, y donde teníamos pasajes bastantes aburridos, aquí los tenemos algo más entretenidos, llegando hasta un gran cliffhanger final, que verdaderamente nos deja con ganas de más. Y como he dicho al principio, aunque la película resulta muy entretenida, sobretodo en su pasaje final, con esos últimos 40-30 minutos protagonizados por el poderoso dragón Smaug, no se puede pasar por alto todo lo que ha hecho Jackson para llenar la saca y tener tres estrenos de una saga, que con dos películas habría quedado más que finiquitada. Inventarse personajes, darle un giro a ciertos pasajes del libro, e inventarse otros, no ha redundado en un beneficio final, sino todo lo contrario, y en cierta manera llaga a alejarnos un poco de la maravillosa aventura de Bilbo Bolsón, que tan bien narro Tolkien en su obra.
Otro punto que podemos abordar, son los efectos especiales. No están tan bien logrados en ciertas escenas. y se nota demasiado el CGI, tanto que alguna pelea de Legolas, me llego a recordar al peor Matrix. Por lo demás, están correctos, aunque creo que se ha abusado de ellos.
En definitiva, la película entretiene, y mucho más que la anterior, así que es completamente recomendable.
El Hobbit: La desolación de Smaug
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