El Holograma o la vía hacia la política virtual | Martín Pallares

Publicado el 18 mayo 2018 por Iván Rodrigo Mendizábal @ivrodrigom

Por Martín Pallares

(Publicado originalmente en diario El Comercio, Quito, el 2 de febrero de 2014)

Imagen tomada de El Comercio.

En 1622 el rey Felipe IV presenció su proclamación en la Plaza Mayor de Lima. Leandro de la Reinaga Salazar, el alcalde más antiguo de la ciudad, había sido elegido para conducir al Rey a su trono situado bajo un lujoso dosel en el centro del estado en la Plaza Mayor. El Rey, sin embargo, resultó ser más pesado de lo esperado y en el último momento fue necesario asegurar la ayuda de otros tres hombres para conducirlo con la “debida decencia requerida por la ocasión”.

Cualquier lector desprevenido que lea estas líneas con las que la historiadora mexicana Alejandra Osorio de la Universidad de Nueva York arranca su ensayo “El Rey en Lima. El simulacro real y el ejercicio del poder en la Lima del diecisiete” podría pensar que Felipe IV estuvo en Lima durante su entronización. Pero no, la verdad es que ni él ni ninguno de los reyes de España que gobernaron América jamás pusieron un pie en el “nuevo continente”.

Osorio, en su texto, se refiere a la presencia de una inmensa pintura o retrato de Felipe IV en la Plaza Mayor de Lima que fue desplegada con el fin de representar al rey y así legitimar su presencia y poder.

El domingo anterior, es decir cientos de años más tarde, una escena similar se produjo en la ciudad turca de Izmir. Ahí, durante un mitin de campaña del partido gobernante turco y en medio del delirio de sus partidarios la figura del primer ministro Recep Tayyip Erdogan se desplegó en medio de un griterío. “Vamos a elecciones bajo la sombra de los ataques preparados por redes traicioneras”, dijo Erdogan a la delirante multitud, según relata el diario Hurriye. Pero ¿estaba Erdogan en Izmir? Al igual que en el caso de Felipe IV, Erdogan no estaba en el lugar donde se lo estaba aclamando sino en alguna otra ciudad de Turquía en una reunión que ameritaba aún más su presencia física. El que estuvo en Izmir fue el holograma de Erdogan y la verdad, según dice la prensa, fue como si hubiera estado.

La presentación del holograma de Erdogan o de Erdogan en holograma llamó inmediatamente la atención de la prensa. Claro, un político de la catadura de Erdogan estaba desafiando al eternamente ansiado y esquivo don de la ubicuidad.

Cientos de artículos se publicaron al día siguiente y los videos se viralizaron en las redes sociales. “Recep Yayyip Erdogan: el primer ministro turco que no estuvo del todo ahí”, titulaba The Guardian de Inglaterra. “Holograma gigante del primer ministro turco da un discurso”, agregaba por su lado The Atlantic en los EE.UU:, mientras que Business Insider decía que “el primer ministro turco da un discurso como un holograma de 10 pies”.

Si la idea de que una persona pueda estar simultáneamente en dos lugares seduce y enciende la imaginación, más aún la de un político o gobernante apareciendo en varios sitios al mismo tiempo. Podría tratarse de una profunda revolución en el ejercicio de la comunicación política y de las campañas políticas en particular.

La verdad es que no es la primera vez que un político utiliza un holograma para presentarse simultáneamente en varios puntos. En el 2012 el político indio Narendra Modi utilizó el holograma como parte de su campaña, difundiendo 26 hologramas de sí mismo en distintos escenarios del estado de Gujarat.

Aunque el holograma fue inventado en 1947 su uso ha sido más bien vinculado a ciertas tareas tecnológicas o en películas de ciencia ficción. La existencia de la Princesa Leia en la película Star Wars estará para siempre asociada en la mente de las audiencias al concepto de los hologramas.

Pero muchas veces, la ciencia ficción termina como invitación a crear una realidad distinta o paralela. En el 2012 el músico de rap Tupac se presentó en el concierto de Coachela, en California (ver recuadro inferior). Esto no hubiera tenido nada de extraño de no ser que Tupac estaba muerto. Ese día, la noción de que el holograma pueda traer de vuelta a los muertos explotó en la mente de millones. Entre ellas la de un puñado de miembros del Partido Republicano que quisieron inyectarle oxígeno al partido presentando un holograma de Ronald Reagan durante una convención de la campaña de Mitt Romney. Finalmente la idea no prosperó por el temor a que la presencia del difunto Reagan pueda opacar al vivo pero opaco candidato que se suponía debía evitar la reelección de Barack Obama. Pero la posibilidad de que un muerto sea “revivido” con fines políticos produjo revuelo.

Marck Pack, un futurólogo y gurú inglés de la comunicación política pronostica en un artículo que los hologramas van a ser piezas claves en la práctica política. Pack cree que el holograma es la oportunidad para que un candidato o mejor dicho el holograma de un candidato pueda aparecer, por ejemplo, en casa de un elector con un discurso expresamente diseñado en función de sus intereses y necesidades. “Imagínense usar los hologramas para que un funcionario deje la capital para aparecer en una reunión con sus electores sin tener que viajar en medio de una discusión clave en el Congreso”, se aventura a imaginar Pack.

“Olviden a Princess Leia, el mensaje del holograma está superando el campo de la ciencia ficción a uno mucho más tenebroso: la política”, dijo la cadena ABC. Talvez el periodista de la cadena ignoraba que en 1622 Felipe IV había hecho más o menos lo mismo. Es decir estar en dos sitios a la vez.

Los muertos podrán venir de vuelta

El desarrollo de la holografía despierta la antigua ilusión de la resurrección. Cuando en abril del 2012 en un concierto en Coachela, California, el rapero Tupac apareció en el escenario en forma de holograma, la posibilidad de ver a los muertos como si estuvieran vivos disparó la imaginación de millones.

El holograma si tiene alguna particularidad es que mediante la tridimensionalidad crea una ilusión única de la realidad. El futurólogo inglés Marc Pack pronostica que en el futuro el uso de los hologramas será en varios campos. Por ejemplo, dice, es posible que una universidad presente al mismísimo Albert Einsten, representado en un holograma, dando una clase sobre la Ley de la Relatividad.

Para que esto ocurra, dice, la tecnología deberá mejorar. Pero eso, dice, ha ocurrido con todas las tecnologías.

¿Qué es un holograma?

La holografía es una técnica avanzada de fotografía que consiste en crear imágenes tridimensionales. Para crear este efecto se utiliza un rayo láser que graba microscópicamente una película fotosensible.

La holografía fue inventada en 1947 por el húngaro Dennis Gabor, que recibió por esto el Nobel de Física.

En 1977 aparece la tesis de que el Universo es una proyección de vibraciones.

Un holograma. Fue el físico Juan Maldacena quien lanzó la tesis que nunca ha sido probada.

A mediados del 2013 un grupo de científicos japoneses publican en el revista Nature un modelo matemático que permite pensar que la tesis es correcta. Es decir que hasta esta página puede ser un holograma.