En El hombre ajeno he tratado de indagar sobre la formación de la identidad del individuo, la violencia y la esencia del arte. Además de situar la historia en mis escenarios habituales (principalmente Madrid y las ciudades del sur de la Comunidad, como Móstoles o Fuenlabrada), me apeteció añadir escenas situadas en lugares en los que nunca he estado; principalmente en El Salvador, pero también en Ucrania.
Ya iré hablando más de este libro.