Podría ser perfectamente el título de algún libro o película, pero no. Estamos hablando de una acción publicitaria. Tremenda esta campaña de Unicef contra la pedofilia en Chile. Lo que buscaba la organización era que el mensaje fuera captado por el público objetivo y que ese mensaje fuera grabado por éstos en su cabecita y así concienciarlos sobre el problema del abuso sexual a los menores.
Para conseguir este reto, nada más sencillo que disfrazarse de algodón de azúcar y dejar que los niños vengan a ti. Una vez la demostración está hecha y todos los padres han observado que los niños han ido corriendo a coger un pedazo de este irresistible dulce, vas y les repartes una tarjeta que pone lo siguiente.
La reacción inmediata es de pelos de punta, carne de gallina, y una angustia en tu interior que se podría comparar a sentir tu corazón apretado por un puño.