El hombre, además de poeta, también es escritor de novelas. Por supuesto que me refiero a "Balo" Sánchez León, uno de los más polifacéticos hombres de letras del Perú. Sociólogo, profesor universitario, poeta, narrador, cronista, crítico literario; tiene en su haber una basta y variada obra escrita.
La azotea es el refugio de un ex-burócrata despedido de la ONG en donde trabajó toda su vida, y que en medio de su "locura" continúa redactando informes pero que de alguna manera, son páginas de un diario de vida limitada al mundo del cual ha sido separado; su trabajo y la ONG.
Balo
Gustavo Ibañez sólo quiere escribir sin pedir nada a cambio. Está cargado de ideas y recuerdos que los plasma con cierto desorden, en sus páginas. Conoceremos detalles del trabajo que tuvo y de algunos compañeros de la oficina que involuntariamente, se convierten en personajes de su relato.
Este extraño manuscrito es descubierto cuando llega a una editorial, la misma que decide investigar sobre el autor, encontrando que ya había fallecido y que en vida era considerado como un loco enfermo que vivía en una azotea. La editora revisa el material, y dándole algunos toques, decide publicarlo.
Comentario.- ¿qué es lo que genera en Ibañez esta actitud de locura?. ¿Qué lo motiva a refugiarse en la azotea?. Es interesante formularse esta y algunas preguntas más al respecto. La pérdida intespectiva del trabajo, traumática situación que no todos logran superar; la inseguridad, el desconocimiento de posible habilidad adicional a la redacción de compendiosos informes burocráticos, la falta de ambiciones personales, el enfrentamiento a la infidelidad de su esposa, es de decir, a la destrucción de su mundo.
Voy descubriendo una característica en las novelas de Sánchez León y es el manejo de sus protagonistas. Así como Benjamín de "La soledad del nadador" y Ernesto de "El tartumudo"; este Gustavo Ibañez también es un protagonista contradictorio y complejo, con insospechado sentido del humor y profunda honestidad.