Tras Crímenes exquisitos y Martyrium, estos dos expertos en misterios y criminología le ponen el colofón a otras inquietantes tramas que parecían no tener solución. He ahí una de las mayores virtudes de esta saga, la de mantener en vilo a sus lectores durante las tres novelas, sin dejar de sorprenderlos, y lo que es aún más importante, sin permitir tampoco que flaqueasen ni el interés ni la acción, añadiendo o restando intensidad según lo fuera requiriendo el momento, y tensando la cuerda del sufrimiento y el desasosiego en Valentina y Sanjuán para que pudieran llegar con algunas fuerzas a ese final.
Tiene esta novela todo lo que el género admira en otros títulos que nos llegan de fuera: conocimiento del mundo policial, voluntad de adentrarse en los caminos del mal, implicación brutal de los protagonistas en los casos, una presencia sexual más que considerable, y sobre todo el valor de presentar unas tramas a priori enredadísimas para luego, como mandan los cánones, proceder poco a poco por el camino de la resolución. La Negro y Sanjuán han viajado desde Coruña a Roma, Londres, Madrid, Valencia, sin dejar de recorrer uno solo de los laberintos propuestos por el mal hasta llegar a los palacios de la oscuridad. Eso les ha dejado huellas, les ha provocado heridas que el lector ha compartido, por eso quien se acerca a esta trilogía queda ya siempre conquistado por ella.
El hombre de la máscara de espejos. Vicente Garrido y Nieves Abarca.Ediciones B. Barcelona 2014. 541 págs. 21 euros.(LA VERDAD, "ABABOL", 6/6/2015)