El hombre de la máscara de espejos. Vicente Garrido y Nieves Abarca

Por Mientrasleo @MientrasleoS


     "Andrea salió de su escondrijo detrás del enorme hórreo de piedra, caminó hasta la verja y movió con cuidado la puerta. Apenas miró hacia atrás, temerosa de que alguna profesora o incluso la portera del colegio estuviese mirando en aquel justo momento. Con rapidez, casi con pánico a que su huida fuese descubierta y sin atreverse a cerrar la verja, corrió unos metros camino abajo, apretando los libros contra su abrigo azul marino."
      Tras leer Crímenes exquisitos y Martyrium me picó la curiosidad por leer al dúo de autores que se habían unido en las novelas, así que decidí picotear un poco por separados con algún relato o libro escrito de forma individual. Lo que si tenía claro es que si se volvían a unir para escribir otro título, no podía faltarme. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El hombre de la máscara de espejos.
     La inspectora Valentina Negro no descansa, tras un caso que casi le cuesta la vida está inmersa en la caza de un terrible pederasta llamado el Peluquero. Será durante su captura cuando amenace con perder el control de sus emociones y también este momento en el que comiencen a aparecer cadáveres. Mutilaciones, simbolismos, chicas desaparecidas y películas snuff serán la marca del nuevo caso en el que Valentina Negro y Javier Sanjuán tendrán que colaborar estrechamente.
     Como siempre, aclarar en primer lugar que, si bien lo ideal es leer las novelas en orden, este título o cualquiera de los otros dos pueden ser leídos de forma independiente ya que son autoconclusivos. Si soléis pasar por aquí sabréis que para mi es algo importante, puesto que no siempre estamos dispuestos a volver atrás cuando lo que nos ha llamado la atención es la última publicación. Aunque tras leerla hayamos caído rendidos y decidido empezar por el principio.
     Explicado esto, me he encontrado una vez más con una novela francamente ambiciosa. En ella, y aprovechando cada página de su extensión, los autores tratan temas como la violencia, el poder o el sexo mostrándonos ambientes tan llamativos como espeluznantes. Busca y creo que logra, no caer en los viejos clichés de la novela negra, ya desgastados desde su punto de partida, y nos deja una pareja protagonista perfectamente dibujada, a la que imprime un carácter propio. En este caso, tanto Valentina como Javier se antojan cercanos al lector, bastante lejos de la imagen del detective acartonado que juega con su pose de maldito. Se trata en cambio de una pareja joven, con sus filias y sus fobias y también las muescas que les va dejando una trayectoria unida al crimen, por la que es fácil sentir una cierta simpatía sin que para eso nos tengan que relatar sus vidas privadas. La atmósfera es otro de los puntos cuidados al detalle. Tanto es así, que si tuviera que decir un rasgo sobresaliente en este libro sería el realismo que destilan sus páginas. Juega, y mantiene un notable equilibrio, a hacernos partícipes visualmente de aquello con lo que se encuentran sus personajes. Para ello usa descripciones frontales en las que tampoco se extienden demasiado, pero que recogen los datos más llamativos perfilando el resto. De este modo, pese a lo terrible de algunas de las situaciones: mutilaciones, asesinatos, determinado tipo de prácticas sexuales, no tenemos la sensación de que los autores se regodeen en el horror. Se limitan a mostrarnos lo que sucede sabiendo que van a provocar en el lector reacciones similares a las que leemos desencadenan en algunos de sus personajes al ser testigos de ello.
     La trama es compleja, no puede ser de otro modo para conseguir llenar más de 500 páginas sin que decaiga el ritmo, y hayamos guiños y referencias directas a la pintura, literatura o el cine. Eso convierte el libro en una entretenidísima historia que nos arrastra de ciudad en ciudad por sus páginas sin apenas darnos cuenta, hasta un final más que satisfactorio en el que procuran no dejar huecos en el tremendo puzzle que han ido presentando y que a mi me duró, tengo que confesarlo, dos tardes.
     Un título que demuestra que para encontrarnos novelas negras no necesitamos salir de nuestras fronteras. Si aún no habéis leído nada de este dúo, os recomiendo que no esperéis más, El hombre de la máscara de espejos es una fantástica opción.
     Lo cierto es que la novela negra es un género en franca expansión al que tarde o temprano nos acercamos todos los lectores. Y vosotros, ¿sois lectores de novela negra?
     Gracias