El hombre de tiza de C.J. Tudor es uno de los libros en los que una vez más título y portada son suficiente para que te lances a por ellos. Además, la edición que me llegó en un sobre negro, con una portada en la que se podía pintar a modo de pizarra, y con su correspondiente tiza, con la que jugar al ahorcado, era una maravilla.
El hombre de tiza narra la historia de Ed y su pandilla de amigos. En la trama se van intercalando dos momentos temporales, por un lado, la actualidad en la que Ed tiene 42 años y, por otro la que corresponde a 1986, cuando tenía 12 años. De esta manera vamos avanzando en una historia en la que sabemos que hay un cadáver descuartizado que Ed y sus amigos encontraron cuando eran niños, un cuerpo al que le faltaba la cabeza.
Con este arranque, todo parece presagiar que el desarrollo de los acontecimientos va a ser el que acostumbramos a encontrar en un thriller, sin embargo, no es así. En El hombre de tiza vamos a partir de ese potente arranque para ir poco a poco avanzando en la historia, descubriendo los misterios paso a paso y haciendo que dudemos de todos y cada uno de los miembros del pueblo, con un ritmo más lento que rápido y un inicio en el que hay demasiadas tramas que no terminan de unirse aunque al final todo cuadra.
C.J. Tudor ha conseguido crear un ambiente de misterio e incluso de miedo creciente que podemos palpar en la narración de Ed de la parte de 1986, cuando es un niño y como tal, ve las cosas desde la mentalidad infantil. Creo que está muy bien conseguido tanto el lenguaje y expresiones que utilizan como el desarrollo de los pensamientos de los que nos hace partícipes para que podamos comprender porqué actúa de una u otra manera. Sí tengo que decir que no he empatizado en ningún momento ni con el protagonista ni con ningún otro miembro de la pandilla, ni de la época de entonces ni de actual, es más, me producía cierto rechazo su manera de expresarse y de tratarse entre ellos. Con ello no quiero decir que esté mal plasmado sino que es un comportamiento que yo personalmente no estoy acostumbrada a ver ni tratar y me ha resultado chocante e incluso incómodo en ocasiones, de hecho, me los imaginaba en su época de la infancia un poco como los dibujos de South Park.
En cuanto al argumento, todo dará un vuelco cuando Ed recibe un sobre con una carta y una tiza. A partir de ahí, Ed tendrá que desenterrar esos recuerdos de los que aún no se ha podido desprender y los secretos que todos guardaban bajo llave empezarán a aflorar varios años después. La autora ha sabido mantener el misterio e incluso conseguir un final sorprendente, bien trazado y sobre todo impredecible, por lo menos para mí, aunque creo que el juego de las tizas es mero instrumento para contar la trama y no tiene especial relevancia en ella.
También quiero destacar la cantidad de temas que se tratan en esta novela como el aborto, la influencia de la iglesia, las apariencias y, en especial, el alzheimer.
En conclusión, El hombre de tiza es una buena historia aunque yo esperaba otra cosa de ella. Una novela en la que hay un misterio patente a lo largo de toda la trama y en la que los personajes están muy bien dibujados, sobre todo los de la época en la que son niños, pero con los que yo no he conseguido terminar de empatizar y que no han conseguido que terminara de meterme en la historia. Una novela en la que todos, como en la vida misma, tienen algo que callar.
FICHA DELLIBROFRAGMENTO