El hombre elefante

Creo que decirlo todo es subestimar al otro. Explicar lo que uno quiso decir es, como dice Graciela Montes, "pisar el palito", impedir que el espectador construya sentido, que se despegue de la obra. Privar al público de interpretar es matar la obra.
Creo que verbalizar lo que no se dice con el cuerpo equivale a no decir nada, "y el adjetivo, cuando no da vida, mata" decía un gran escritor en su Arte poética. En mi opinión, es necesario confiar un poco más en ese otro que mira la puesta en escena, confiar en que se da cuenta de la historia del personaje porque el actor la transmite con un gesto, un modo de caminar, un tono de voz. Y en el caso de que no suceda, de que no se ponga de manifiesto lo que se quiso decir con la puesta, entonces será quizás el mejor de los casos, porque el público podrá hacer una lectura que dialogue con los personajes y de la cual ambos salgan enriquecidos. Eso es lo que más me gusta del teatro ... cosa que no ocurrió en esta obra.
Personalmente no podría recomendarla, aunque claro, es mi opinión. Sí recomiendo El hombre elefante de David Lynch, en película.
Reseñista invitada: Lucía Litvak
Dramaturgia: Raúl Guerrero
Dirección: Leandro Montgómery y Marcelo Roitman
Elenco: Catalina Hannon, Leandro Martín López, Guillermo Massello, Marcelo Roitman, Natalia Sánchez, Javier Schonholz
Teatro: IFT, Boulogne-sur-mer 547, reservas 4962-9420
Funciones: sábados 22hs. Hasta el 26/6/2010
Localidades: $30 y $20