El hombre en el sauce….

Publicado el 19 diciembre 2019 por Carlosgu82
   Adornada con pequeñas luces y una luna menguante, así era la noche, no tan obscura como para ocultar al hombre con la soga en la mano, el que se acercaba lastimosamente al árbol frente a la iglesia, él se veía cansado, pero no viejo, viejo era el sauce con las ramas secas, se detuvo un momento para gritar en dirección a la iglesia, maldijo a dios y a los santos, no a todos los santos, pero si dijo el nombre de varios. Mientras, sentado de espaldas al árbol el demonio de la cola de serpiente, el de los colmillos gastados de cuyo color no se conoce el nombre pues es el color del vació, escuchaba atentamente las quejas de aquel varón, quien al acercarse a el tronco lanzo la cuerda, tan alto como le fue posible, un par de nudos más tarde trepo hasta la rama más robusta, puso alrededor de su cuello el lazo y mirando al cielo se quedó de pie. —¡Nunca me has dado nada!, cada noche desde niño he hablado contigo. te pedí por mi madre, te pedí por mi padre y te los has llevado —grito al cielo lleno de llanto en sus ojos—. Si vas a darme algo, tan siquiera la más sutil de las certezas, este es el momento, me dejare caer (Dios), te lo advierto, dame algo —desesperado clamo al cielo. Dio un suspiro, de aquellos que salen solos cuando se está harto, estaba por dejarse caer cuando desde la base del árbol el demonio descalzo alzo la voz: — ¡Espera! —exclamo el bribón. — Por favor le pido no intente detenerme, no importa lo que me diga, si no es usted dios marchase —dijo el hombre. —¿Detenerte? —dijo el demonio mientras reía. —Esto es entre (Dios) y yo —enojado por las risas, le grito desde arriba del árbol—. Váyase y déjeme morir tranquilo. —No te confundas nada me causaría más placer que ver tu vida extinguirse con dolor y agonía, pero tu alma es pura y parece tener un gran valor, así que pídeme lo que quieras —dijo el demonio. Ni un solo sonido se escuchó en la rama, tras una larga pausa el demonio comenzaba a perder la paciencia. —¿Acaso has saltado ya? —pregunto. —No —asustado, respondió veloz. —Entonces date prisa dime que es lo que quieres, antes de que salga el sol debemos cerrar el pacto —grito el demonio desde el suelo mientras cruzaba los brazos. En la cima del árbol, atemorizado se quitaba la cuerda del cuello, muy despacio para no hacer ruido ni levantar sospecha. — ¿Quién te crees tú para prometer darme lo que busco? —pregunto angustiado. —Que no es obvio, si te pido tu alma como pago, es porque soy un demonio, ¡vamos! habla! dime que buscas dinero, fama, mujeres lo que desees puedo entregarte —hablaba ansioso el demonio. El sujeto sobre el sauce comenzó a enrollar la cuerda, mientras rodeaba al árbol buscando con la mirada el cuerpo de la voz que le hablaba. —Es inútil, no podrás verme, hasta que me des tu alma —hablo en tono cortante el descolorido ser. En la cima asustado se ató al tronco, comenzó a sollozar, miro de nuevo hacia arriba con los ojos llenos de lágrimas. —¡¡¡Ya entendí dios, perdóname!!! —grito con todas sus fuerzas. Al escuchar esto, el demonio del vació se llenó de rabia, comenzó a proferir vulgaridades en dirección a aquel hombre, sacudió el árbol hasta los cimientos, pero este no cedió, con su poder de un grito hizo soplar al viento con tanta fuerza que las ramas secas comenzaron a quebrarse, pero siguió sin conseguir nada, el incauto diablillo marcho con la noche, mientras que al llegar el día un joven capellán veía con incredulidad al padre de la iglesia bajando del sauce llorón con la cuerda de la campana al hombro . —¿Que estaba haciendo arriba del sauce padre? —pregunto con interés el muchacho. —Rezaba —dijo el padre sonriendo mientras caminaba. FIN