El hombre, la caza y la pesca deportivas

Por Carmen Pérez Mourelle @elvencejo


Caza y Pesca deportivas  

El instinto de cazar es el instinto de matar. Los seres humanos,  como otros animales, poseen vestigios de ese instinto en alguna medida debido a nuestro origen. Los primates que fuimos (y que somos) cazaban y mataban a otros animales. Pero con una diferencia. Así como los animales carnívoros cazaban por absoluta necesidad de supervivencia, los primates (omnívoros con predominancia frugívora) lo hacían como forma de entretenimiento (cazando otros animales más pequeños) o de dominación social de otros grupos de primates (también de menor tamaño). Por ejemplo, hoy sabemos que uno de nuestros parientes genéticos más cercano, el chimpancé, realiza verdaderas batidas de caza para asesinar violentamente a otros animales, aunque realmente no necesita comer su carne.


Después de un periodo de nuestra historia en que sí cazamos para comer al haber llegado a habitar zonas de clima frío, el paso al sedentarismo y el desarrollo de la agricultura y la estabulación hizo innecesario seguir cazando animales para comer. A pesar de todo, hoy en día se siguen cazando animales en muchos países como deporte, sin que exista ninguna necesidad de ello y por mera diversión, una diversión consistente en matar.
Hoy en día en España se practican varias modalidades de caza, demasiadas para detallarlas aquí. Se cazan sobre todo aves y también conejos, jabalíes y otros animales. En algunas modalidades se usan perros, en otras escopetas y, en otras, incluso pegamento.
Actualmente no necesitamos cazar para comer, por eso la caza legalmente está considerada un deporte y, en España, tiene una federación propia (Real Federación Española de Caza), que depende del Consejo Superior de Deportes. Se la denomina también caza deportiva y, afortunadamente, no es (al menos todavía) una disciplina olímpica. En España tienen licencia para matar aproximadamente 900.000 cazadores y 600.000 pescadores.
La caza es una de las mayores aberraciones éticas de nuestro tiempo. Si la expresión “matar por diversión” te suena aberrante, eso es la caza. Se está anteponiendo el interés de un individuo en practicar un deporte al interés de otro individuo en conservar su vida. Como de costumbre, las personas que lo practican lo recubren con toda una serie de argumentos que tratan de justificar un acto tan injusto como coger un arma y matar a un inocente y, encima, hacerlo como forma de entretenimiento. Veamos algunos.

ARGUMENTOS

“Los cazadores amamos la naturaleza y la respetamos”. La naturaleza no es un ente abstracto. La naturaleza está compuesta por todos los individuos que habitan en ella, en este caso en lugares no urbanizados por el humano y en libertad. Entrar en el hábitat de estos individuos y asesinarlos por placer es ciertamente una peculiar forma de respetar la naturaleza.
“Los cazadores cuidamos el equilibro de las especies”. Las especies son entidades abstractas que no sienten ni padecen. Quienes sí sienten y padecen, y a quienes sí les importa su vida, es a los individuos que componen esas especies. Si agarro un arma y mato a un par de personas, la especie humana no se verá afectada por ello, pero esos dos individuos habrán perdido lo más preciado que tienen: sus propias vidas. Anteponer los intereses de una especie a los de los individuos que la componen es una de las típicas aberraciones éticas humanas.
Por otra parte, normalmente los “desequilibrios” en los ecosistemas son causados por los humanos, pues la naturaleza ya había alcanzado su equilibrio ecológico entre sus diferentes habitantes mucho antes de que el ser humano existiera. Es decir, invadimos los hábitats de los animales, los matamos, los dejamos sin lugares para vivir y, además, luego tenemos que matar a otros animales porque, al parecer, hay un desequilibrio.
En caso de que realmente necesitemos intervenir, porque hay una sobrepoblación de alguna especie (aparte de la nuestra, que es la más superpoblada) que cause algún tipo de problema por conflicto con los humanos, se deberán buscar medios no invasivos y no agresivos para controlarla, respetando los derechos de los individuos y teniendo en cuenta que son sus vidas las relevantes en el plano moral y no la especie como entidad abstracta.
“Los cazadores amamos a los animales. A veces no cazamos nada y simplemente disfrutamos de la jornada”. Este tipo de argumentos místicos, que también se utilizan, no tienen demasiado que rebatir. Los maltratadores de mujeres, o de niños, también afirman amar a sus víctimas. Respecto a que a veces no cacen nada, ese argumento sería respetable si nunca cazasen nada. Una sola víctima es un hecho injusto e inaceptable.
“Los cazadores fomentamos la economía en el medio rural”. Es encomiable, pero afortunadamente hay otras formas de fomentar la economía en el medio rural que no signifique la muerte de inocentes. Hay muchas formas no agresivas de disfrutar de los parajes naturales y de fomentar el turismo en ellas sin necesidad de matar, como el senderismo, escalada, piragüismo, visitas históricas, turismo rural, talleres de aprendizaje en la naturaleza y muchos otros.
“Gracias a la caza, se mantienen espacios naturales”. Es posible, pero un espacio natural no siente y un animal, sí. Se pueden mantener espacios naturales de otras formas. Además, para quienes no gustamos de matar, no nos sirve de nada que existan esos espacios naturales que no podemos visitar, o podemos visitar con el riesgo de que nos vuelen los sesos por descuido.

LA PESCA

A menudo olvidamos a los peces cuando hablamos de los derechos de los animales. La pesca deportiva es una actividad que solemos reaccionar con un mundo rural bucólico, con el disfrute de la naturaleza y bonitas puestas de sol. Pero el hecho es que cuando pescamos matamos animales. Animales que son capaces de sentir, como demostró en 2003 un estudio de la Universidad de Edimburgo. Actualmente la comunidad científica acepta que el sistema nervioso de los peces, aunque más simple, muestra respuestas hormonales y neuronales, así como comportamentales, asociadas típicamente al dolor y similares a las mostradas por animales terrestres. Los peces nacen y viven en sus hábitats, sacarlos de allí a la fuerza para matarlos es un acto violento contra unos individuos que pueden sentir y que desean mantener sus vidas. Respetar a los animales significa respetar su entorno y su vida, si realmente respetamos a los animales podemos asomarnos a un río para ver los peces que por allí discurren, o practicar actividades respetuosas como el buceo para contemplar la belleza de las criaturas marinas, o el avistamiento de cetáceos, etc. Hay muchas alternativas de ocio y aprendizaje de la naturaleza que no requieren matar a nadie.

CONCLUSIÓN

El PACMA condena la caza y pesca deportivas y no las considera un deporte, sino un atentado contra la vida e intereses de individuos. Consideramos que no existe ninguna justificación para matar a un animal por deporte. El interés de cualquier animal en vivir y no sufrir es un hecho más importante que el interés de alguien en practicar su deporte favorito. En una sociedad avanzada que respeta los derechos de los animales deben prevalecer formas no agresivas de disfrute y aprovechamiento de la naturaleza, formas respetuosas de entretenimiento, contemplar y aprender de los animales sin causarles perjuicio. El verbo “matar” es y será siempre incompatible con cualquier concepción respetuosa de la naturaleza.

ENLACES


Estadísticas del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación http://www.mapa.es/es/estadistica/pags/anuario/2009/indice.asp?parte=2&capitulo=19
Web de la Federación Española
http://www.fecaza.com/
Webs informativas sobre la caza
www.stopcaza.org
http://www.liberaong.org/nota_explotacion.php?id=4
Información sobre los peces
http://es.wikipedia.org/wiki/Pisces#Capacidad_para_sentir_dolor
 

El hombre y la caza

Publicado el30/05/2011por pacma
Hace unos 10.000 años pasamos de la era Paleolítica al Neolítico por una sencilla razón, dejamos de ser nómadas (cazadores – recolectores) a ser sedentarios (ganaderos – agricultores). En el Paleolítico nos trasladábamos allí donde estaba el alimento y tomábamos de la naturaleza solo lo NECESARIO. En el neolítico explotamos la naturaleza de manera que la transformamos para nuestras necesidades. Este cambio ha supuesto la superpoblación de seres humanos  y de especies animales domesticadas  en definitiva una sobreexplotación de los recursos de la tierra y un grave desequilibrio ecológico.
El propio diccionario de la Real Academia da dos definiciones diferentes de cazador:


cazador, ra.
1.   adj. Dicho de una persona: Que caza por oficio o por diversión. U. t. c. s.
2.   2. adj. Dicho de un animal: Que por instinto persigue y caza otros animales.

Aclarando lo del oficio de cazador podemos decir que no es necesario este oficio para la supervivencia de nuestra especie, ya que se caza para venta de pieles, trofeos, productos de la mal llamada medicina tradicional, caza de adultos para robarles las crías y ser vendidas a particulares, circos o zoológicos…
La caza no es la solución a los desequilibrios poblacionales de las especies salvajes. Nosotros  hemos robado y desplazado a pequeños reductos “naturales” a los animales salvajes y hemos acabado con los grandes depredadores como tigres, osos y lobos. Entonces si los cazadores dicen que mantienen los ecosistemas en equilibrio matando animales que superpueblan la tierra, se están confundiendo de presas.
 

Los desequilibrios en la fauna deberían de ser gestionados por expertos , que no fueran presionados por las administraciones y sus intereses económicos puestos en el negocio de la caza.
La solución no pasa por tener a un numero de personas armadas cuya afición es matar animales. Hay muchas soluciones para equilibrar los ecosistemas a corto y largo plazo que no implican muerte y violencia.

Consumimos mucho mas de lo que necesitamos, agotamos los recursos  naturales, desplazamos a las especies salvajes y las encerramos en pequeños reductos.
Tal y como nos explica Jose Luis Sanchez , biologo y delegado del PACMA en Alicante en su libro “El delito de los no humanos  
“Cuando alguien mata a un animal se le priva de todo lo que podría haber vivido, de sus emociones, de sus sensaciones, del contacto con la naturaleza, con sus congéneres. Si para un cazador su vida puede ser lo mas importante que existe, para el animal la suya también lo es.
Pero por si no fuera poco el daño que se hace al animal victima de los disparos, aun quedan por explicar otros hechos que suelen acompañar a la caza. Podríamos hablar de la contaminación con plomo (plumbismo), de la contaminación acústica, de apoderarse literalmente de los espacios impidiendo el tranquilo disfrute de quien quiere pasear y observar, de los cepos y venenos… Y por supuesto, de las terribles condiciones en las que viven y mueren sus perros”.

El hombre ahora CAZA por diversión, MATA por diversión, MALTRATA por diversión, TORTURA por diversión. Estamos asociando lo positivo, lo lúdico, lo placentero a la muerte y esto a nivel de supervivencia es MUY POCO INTELIGENTE.
Cazador, si de verdad te gusta la naturaleza, cambia tu arma por una cámara de fotos, quizás así empieces a amarla. Marta Jimeno

Enlaces a los dos artículos:
-Caza y Pesca deportivas:
http://www.pacma.es/cazaypesca
-El hombre y la caza:
http://blog.pacma.es/2011/el-hombre-y-la-caza/
Enlace a las imágenes gif:
http://www.gifanimados.org/




Con mi apoyo a los vencejos que con su dulce canto surcan los cielos todos los veranos.