Portada de 'El hombre que arreglaba las bicicletas'
Este libro comienza con un envío "masivo" de cartas y todos los destinatarios tienen la particularidad de tener el mismo nombre: Enda. En Irlanda, país donde se envían las misivas, Enda es un nombre tanto masculino como femenino y eso complica la misión, aunque el emisor no tardará en dar con Enda Berger, la protagonista de esta historia.
Enda Berger tiene unos cuarenta años y hace veinte que no sabe nada de Artur Font, un conocidísimo autor español de novela negra. Un día recibe un sobre que cambiará su vida, ya que se entera de que su antiguo amante ha fallecido inesperadamente y tendrá que viajar a España para la lectura de un testamento en el que está incluida. Lo que no imagina Enda es que en el notario se encontrará con Noelia, la viuda de Artur, y Enda Font, su hija, a la que puso el mismo nombre que su antigua novia. Las cosas no salen como esperaba y tendrá que alargar su estancia en España unas semanas. Noelia, aunque dolida por la traición de su marido, acata el testamento en el que deja a la irlandesa su pequeño taller de bicicletas. Las tres mujeres tendrán que aprender a convivir durante un tiempo, lo que les lleva a descubrir una serie de secretos que no se imaginaban...
'El hombre que arreglaba las bicicletas' es una novela que se hace corta, que nos deja con ganas de saber más y profundizar en la historia de unos personajes fuertemente marcados por una ausencia que ahora es ya irreversible. El autor da vida a tres mujeres unidas por el amor que sienten hacia Artur Font, el escritor maldito y bohemio, un hombre al que conoceremos a través de los recuerdos que las propias protagonistas evocan durante el relato. Noelia, Enda Berger y Enda Efe son muy diferentes aunque se van complementando como pueden, para dar paso a un torbellino de emociones que les pondrá, en ocasiones, en situaciones límite. Me hubiese gustado ver más a Enda Font, que para mí es el personaje de la novela. La chica adolescete que pasa de ser una niña a ser mujer de una manera brutal y que nos encogerá el estómago en más de una ocasión.
Al comienzo de esta entrada decía que este libro me ha sorprendido, que me esperaba otra cosa, creía que iba a leer una novela más tipo thriller y lo que he descubierto ha sido una historia de personajes en la que los sentimientos prevalecen durante toda la narración. Las dos mujeres adultas son el amor pasado y el presente, y la chica encarna algo así como una pérdida de identidad por el padre ausente, una pérdida de identidad que pagará cara durante el verano de 2008 y que para mí, es la mejor parte del libro.Ángel Gil Cheza nos ofrece con 'El hombre que arreglaba las bicicletas' una historia de pérdida, de amor, de amistad y también de dolor. La novela, como he comentado antes, se lee en un suspiro, se devora, y si algo he echado en falta han sido más páginas para disfrutar del encuentro inesperado de estas tres mujeres. Me ha faltado saber un poco más de esa historia de amor entre Artur y Enda Berger y me han faltado también algunas explicaciones sobre la relación tan fría y distante que mantienen madre e hija, un poco más de calor en ese sentido. Aún así, creo que el libro está bien escrito, tiene un estilo directo, conciso y cuenta lo que quiere contar, no se anda por las ramas y eso también se agradece bastante.
En definitiva, 'El hombre que arreglaba las bicicletas' es una buena historia para disfrutar ahora en verano: corta, ágil y con una trama que consigue que el lector quiera saber más de los cuatro protagonistas. Una lectura entretenida para los días más largos y calurosos del año.