Yan luchó con los soviéticos aproximadamente un año, tiempo durante el que combatió a lo largo del Frente Oriental, especialmente en la tercera batalla de Kharkov. Fue en esta batalla cuando fue hecho prisionero de guerra por una nación más.
Al parecer, los alemanes no estaban preocupados por la forma en que un coreano había acabado luchando en Ucrania por los soviéticos y simplemente lo tomaron prisionero junto con cientos de otros soldados. De nuevo, la parte interesante de la historia de Yang probablemente habría terminado aquí si los nazis no hubieran tenido la costumbre de permitir que algunos de los prisioneros que no fueran a ser ejecutados se "ofrecieran voluntarios" para servir con la Wehrmacht.
Después de ser reclutado para luchar por el III Reich, Yang fue enviado a ayudar a defender la península de Cotentin en Francia poco antes del Día D. Cuando llegó el Día D y las tropas aliadas tomaron por asalto las playas, Yang estaba entre un puñado de soldados capturados por el 506° Regimiento de Infantería de Paracaidistas norteamericano.
Inicialmente, el Teniente Robert Brewer del 506º informó que habían capturado a "cuatro asiáticos con uniforme alemán". Si bien esto era técnicamente cierto, la 506ª creyó erróneamente que los cuatro hombres (incluido Yang) eran japoneses. En realidad, tres de los hombres eran oriundos de Turkestan, mientras que Yang era de Corea. Incapaz de comunicarse con Yang debido a que no hablaba ni inglés ni alemán, Yang fue enviado a un campo de prisioneros en Gran Bretaña, donde estuvo hasta el final de la guerra.
Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, Yang decidió no regresar a su hogar, sino que emigró a los Estados Unidos, donde una vez más su historia se vuelve nebulosa. Finalmente terminó estableciéndose en el condado de Cook, Illinois, donde falleció tan silenciosamente como había vivido en 1992.
No fue hasta el año 2002 en que un periódico coreano dio a conocer la increíble historia de su compatriota, Finalmente su historia se llevó al cine en la película My Way, de 2011.
Para saber más:
Gehm
Daily Mail
Military Humor