El hombre que pudo salvar el Titanic (Emilio Calle)

Publicado el 10 febrero 2011 por Bookworm

TITULO: El hombre que pudo salvar el TitanicAUTOR: Emilio CalleEDITORIAL: Ediciones Martínez Roca ISBN: 978-84-270-3646-8PAG: 352PRECIO: 19,50€
SINOPSIS:
1962. Desde el retiro y soledad de su casa en Inglaterra, el capitán Stanley Lord, alejado del mundo y repudiado por todos, pone en claro los recuerdos de toda una vida en un largo diario destinado a su difunta esposa. Una vida marcada, sobre todo, por un hecho: el hundimiento del Titanic. Medio siglo después de aquella lejana y fatídica noche, el doloroso recuerdo no deja de perturbar el pensamiento del capitán un solo día. A partir de entonces todo fue un pesadilla: juicios en Estados Unidos y Gran Bretaña, desprecio público, una bien ganada reputación como excelente capitán de barcos arruinada para siempre... en definitiva, una vida robada. Pero ¿por qué? Porque aquella noche del 14 de abril de 1912, el capitán Lord se encontraba al mando del buque Californian, el barco que, según todos, pudo haber salvado la vida de las más de 1500 víctimas mortales. Sin embargo, en su testamento vital el capitán desvelará datos que solo algunos conocían y que nadie quiso investigar, como la existencia de un tercer barco «fantasma» que se encontraba en las inmediaciones del Titanic y que no acudió en su auxilio o la presencia de un misterioso personaje llamado Phillwood que parecía saberlo todo sobre la catástrofe...

Esta es la primera reseña en la que ha colaborado mi padre y no precisamente escribiendo, que bien podría haberlo hecho, ya que se le leyó el libro antes que yo, sino porque ha sacado de la estantería su maqueta del Titanic (en la que estuvo trabajando durante 9 meses allá por el año 2000, de lo cual puedo dar fe) y me ha dejado hacerle unas fotillos para ilustrar esta reseña.

Emilio Calle

No es este el primer libro sobre el "TITANIC" que leo, aunque sí el primero de este autor que desconocía por completo, la verdad.  Tengo el casa también "La última noche del Titanic" de Walter Lord que leí hace ya bastantes años y que el protagonista de este libro menciona al comienzo de la novela diciendo "...además de cargar con una acusación abrumadora, supongo que también seré recordado por la imagen que de mí se dio en la película "La última noche del Titanic", basada en el libro supuestamente más riguroso que se ha escrito sobre la tragedia..."
Como a muchos, la historia de este barco siempre me ha llamado la atención, quizás por todo el misterio que la rodea o por la tragedia que supuso, así que cuando lo vi entre las novedades de Martínez Roca, ya llamó mi atención, pero tras leer la La reseña de Eva decidí comprarlo en cuanto lo encontrara y no tardé demasiado en hacerlo. Por cierto también podéis leer en el blog de Eva la La entrevista que le hizo a su autor.
¿Qué puede aportar este libro que no se haya dicho o escrito sobre el Titanic? Pues algo muy interesante. La opinión del capitán Stanley Lord, del buque "Californian" que tuvo la mala fortuna de quedar tachado por un tribunal como el hombre que pudo haber salvado a la mayoría (sino a todos) los que murieron en aquella tragedia. ¿Puede un hombre cargar lo que le queda de vida con eso? Teniendo en cuenta que cuando ocurrieron los hechos el Capitán Lord tenía 34 años y mientras nos cuenta la historia tiene 84, son cincuenta años viviendo con el peso de una culpa que en mi humilde opinión no tenía.
Cuando ocurren cosas como estas uno siempre piensa que todo podría haber sido diferente si se hubiera actuado de otro modo, pero ¿Cuál es ese modo? ¿Actúo mal el Capitán Lord? ¿Por qué cuando el Californian llegó a la zona de la tragedia no quedaba nada por rescatar? ¿Por qué no acudieron antes? Bien, las respuestas a estas preguntas nos las irá descubriendo este hombre en un relato lleno de tristeza pero maravilloso, dirigido a su mujer Mabel, que ha vivido con él la amargura del peso que llevó sobre sus hombros hasta el final.
El libro alterna los capítulos contándonos por un lado lo que ocurrió la noche del 14 de Abril de 1912 en el Californian, en una fantástica descripción de esa noche, una noche tan clara y fría que parecía que navegaban en un mar de espejos sin poder localizar el horizonte, y por otro lo que fue su vida desde que llegó a puerto tras la tragedia, los juicios a los que se vio sometido tanto en Estados Unidos como en Londres (donde pensó que sería mejor tratado). Debió cargar con una acusación de negligencia y con el desprecio general, a pesar de que él defendía la existencia de un tercer barco entre su posición y la del Titanic (algo que a nadie le interesó demasiado investigar), un barco que miembros de su tripulación también vieron y que afirmaban era imposible que fuera el Titanic. A nadie le interesaba dar crédito a esta afirmación, sin embargo eligieron creer a un tripulante del Californian que trabajaba en las calderas (Ernest Gill) que con bastante mala fe no dudó en afirmar que el barco que veían desde su posición sí era el Titanic.

En fin, que es posible que si la noche hubiera sido menos fría y los bloques de hielo no hubiera obligado a parar máquinas para evitar cochar contra esas enormes placas, el Californian habría estado más cerca del Titanic de lo que estaba, que si el Titanic hubiera ido a otra velocidad, o hubiera hecho más caso a todos los avisos que recibió sobre icerbergs en la zona, o no hubiera estado usando el telégrafo para mandar mensajes sin importancia de sus pasajeros, se hubieran tomado otras medidas, o incluso que si el telegrafista de Californian no se hubiera acostado de puro cansancio, entonces y solo entonces es posible... quizás... a lo mejor todo hubiera sido distinto, pero un cúmulo de malditas casualidades hizo que el viaje inaugural del mayor trasatlántico de la época no pudiera llegar a su puerto de destino.
El libro me ha encantado. Es cierto que puede parecer un poco lento y si no estás demasiado interesado en la historia del “Titanic” es posible que te llegue a cansar, pero yo debo decir que lo he disfrutado de principio a fin (y mi padre también, que lo sepáis) y tras leerlo, ambos nos sentimos absolutamente “Lordistas”. Es un libro que transmite la amargura, el pesar, el sufrimiento de un hombre por algo que él considera injusto. Lo que significó eso en su vida personal y laboral, donde perdió su reputación y donde tuvo que empezar de cero.

Quiero destacar precisamente todos los sentimientos que transmite el Capitán Lord que consiguen llegar al lector y yo diría que es casi imposible no ponerse de su lado y también una magnífica conversación que tiene lugar en una cafetería de Londres entre él y Joseph Conrad, que me ha encantado porque me dio la sensación de que después de hablar con el escritor el Capitán Lord respiraba mucho mejor, como si hubiera conseguido aliviar algo su pena.
Imagino que el próximo año, cuando se cumplan cien del hundimiento del Titanic encontraremos más libros e historias sobre todo esto en las librerías y probablemente una servidora pique ¡cómo no! pero mientras tanto y si os interesa aunque sea un poquito todo lo que rodea a esta historia, este es un buen libro para ir abriendo boca.
Y para finalizar, voy a dejar inmortalizado en internet (antes de que se me desintegre de viejo) un recorte del periódico en el que sacaron a mi padre junto a su Titán. La calidad no es muy buena, porque la hoja ya tiene más de 10 años, pero si pinchas sobre ella, creo que se puede ver más grande.
Imágenes utilizadas:
- del autor: http://www.facebook.com/people/Emilio-Calle/100000362160688
- del Capitan Lord: http://www.awesomestories.com/assets/stanley-lord
- del Californian: http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Californian.jpg