El Hombre visto por Guayasamín

Ya mi amigo Rafa ha hablado en su blog de Oswaldo Guayasamín, (1919-1999). Yo también quiero hacerlo porque de todas las estampas, que he guardado en mi mente sobre Ecuador, es la obra de este gran pintor quiteño de las cosas que más me han impactado.
También, como Rafa, conocía su obra, pero es allí, en el mismo Ecuador, en donde su obra cobra todo el sentido.
Es en aquella tierra suya en donde su pintura rasgada, fuerte y desesperada, resulta sobrecogedora.
Es aquella tierra ecuatoriana una tierra llena de contrastes, donde la injusticia y el atropello viven mano a mano con la prepotencia y la explotación.
Es aquella tierra ecuatoriana, como dice el propio Guayasamín, "la tierra del hombre mestizo, un hombre acomplejado de su sangre no india, no española, no negra. La tierra de hombres, mujeres y niños con rostros de piel quemada por el frío, con lágrimas congeladas por siglos".
Es aquella tierra donde se ven rostros cuajados de surcos, surcos cuajados de lágrimas, lágrimas cuajadas de dolor y de injusticia. Rostros magníficamente pintados por el gran maestro.
Es esa tierra que tan magníficamente ha pintado Guayasamín. La defensa de los desprotegidos, el terror y la muerte, la injusticia social, la discriminación racial, la lucha por la dignidad de los pueblos indígenas son los protagonistas de toda su obra.
Sólo por visitar su Casa-Museo y la Capilla del Hombre, en Quito, bien merece un viaje.
Son 26 fotografías realizadas por mí, primera y última numeradas. No son muy buenas porque en unos casos no pude utilizar el flash y en otros he tenido que sacarlas del catálogo suyo que compré en su museo. Quizás las vean mejor en el propio Slide.
Les dejo con uno de sus últimos mensajes:
"Siempre voy a volver, mantengan encendida una luz".