El homenaje sentido a Góngora

Por Eduardogavin

Fue el que realizó no otro que Paco Ibáñez, cantor de protesta e intervención política de los 60 y 70 que alcanzó un importante éxito en sus círculos un poco por toda Europa y que de fue apagando, no sin antes habernos dejado su legado inolvidable. Poemas clásicos y contemporáneos españoles musicados por él mismo con extrema intensidad y por eso, de manera bella. Solo trato aquí del buen gusto con que rescató poemas de Don Luis de Góngora. Sus dos temas más famosos, el bello "Déjame en Paz, Amor Tirano!" y el ocurrente (hasta el punto de quedar la frase en el refranero popular) "Ande yo caliente". Ahí os los dejo:

Ciego que apuntas y atinas, caduco, dios y rapaz
vendado que me has vendido y niño mayor de edad
con el alma de tu madre que murió siendo inmortal
de envidia de mi señora que no me persigas más
que no me persigas más
Déjame en paz amor tirano, déjame en paz
Amadores desdichados que seguís milicia tal
decidme que buena guía podéis de un ciego sacar
de un pájaro que firmeza que esperanza de un rapaz
que galardón de un desnudo de un tirano que piedad
de un tirano que piedad
Déjame en paz amor tirano, déjame en paz
Diez años desperdicie los mejores de mi edad
en ser labrador de amor a costa de mi caudal
como aré sembré y cogí haré un alterado mar
sembré una estéril arena cogí vergüenza y afán
cogí vergüenza y afán
Déjame en paz amor tirano, déjame en paz
Amadores desdichados que seguís milicia tal
decidme que buena guía podéis de un ciego sacar
de un pájaro que firmeza que esperanza de un rapaz
que galardón de un desnudo de un tirano que piedad
de un tirano que piedad
Déjame en paz amor tirano, déjame en pazAnde yo caliente,
y ríase la gente.
Traten otros del gobierno
del mundo y sus monarquías,
mientras gobiernan mis días
mantequillas y pan tierno,
y las mañana de invierno
naranjada y aguardiente,
y ríase la gente.
Coma en dorada vajilla
el príncipe mil cuidados
como píldoras dorados,
que yo en mi pobre mesilla
quiero más una morcilla
que en el asador reviente,
y ríase la gente.
Cuando cubra las montañas
de plata y nieve el enero,
tenga yo lleno el brasero
de bellotas y castañas,
y quien las dulces patrañas
del rey que rabió me cuente,
y ríase la gente.
Busque muy en hora buena
el mercader nuevos soles;
yo conchas y caracoles
entre la menuda arena,
escuchando a Filomena
sobre el chopo de la fuente,
y ríase la gente.
Pase a media noche el mar
y arda en amorosa llama
Leandro por ver su dama;
que yo más quiero pasar
de Yepes a Madrigar
la regalada corriente,
y ríase la gente.
Pues Amor es tan cruel,
que de Píramo y su amada
hace tálamo una espada,
do se junten ella y él,
sea mi Tisbe un pastel,
y la espada sea mi diente,
y ríase la gente.