A esta altura del viaje apetecía una comida buffet en la que pudimos compatibilizar la deliciosa cocina local con especialidades internacionales, y con un simple y sencillo Grill con carnes de óptima calidad. Pero lo más encantador de las noches cálidad de Mérida es poder disfrutar de una cena así, debajo de los árboles, al son de una Trova Yucateca, que tocan lo más dulce de las canciones de amor mexicanas.
Tuvimos la oportunidad también de conocer el hotel, en un ameno recorrido que nos prepararon por las instalaciones su personal de relaciones públicas. Pudimos constatar la amplitud de sus 194 habitaciones y la magnitud - valga la redundancia- de sus camas King Size, altas altísimas, anchas anchísimas, que puedes completar con la almohada que selecciones de su Menú. Obviamente cuentan con instalaciones adaptadas para personas con Movilidad Reducida.
Hay varias plantas decoradas con pinturas con motivos indígenas, que le dan a la modernidad del hotel un toque local. Lo que más me ha gustado, sin embargo, es la piscina y el original bar de cocktails con que sirven a sus clientes, ya que puede sentarte a la barra estando dentro del agua.
Frente a estas aguas, está el gimnasio rematado con una cristalera circular hacia el agua, de modo que puedes estar corriendo mirando a la refrescante zona de la alberca.
Como todo hotel de estas características tiene salón de reuniones para encuentros de trabajo, con capacidad hasta 700 personas, con todos los complementos tecnológicos que demandan estos tipos de encuentros.
Estamos seguros que en el próximo Blogtrip de @AllMéxicoPass pasaremos por este Hotel, al menos a tomarnos unos Tequilas, o los tan fabulosos cocktails tropicales con que nos agasajaron.