Este maravilloso alojamiento de la Quebrada recoge o transmite el espíritu de Lucy Viltes, segunda generación de los propietarios y que supo mejorar lo que habían hecho sus padres, y darle al sitio la impronta de una ideología social amable con el lugar donde se encuentra.
No sólo en los colores (algo que en Purmamarca se respeta bastante) la Posta de Purmamarca se mimetiza con el entorno, sino también en la filosofía de ensamblarse a las reglas de la naturaleza, que además fomentar en la comunidad en que se inserta .
"No hay empresas exitosas en sociedades fracasadas" es una frase que marca mucho el espíritu de este hotel en el que cada uno de los pasos que se dan son para mejorar el bienestar de todos. Muy necesario además en un pueblo como Purmamarca que está creciendo enormemente gracias a un turismo que se expande por la región haciendo correr el riesgo de romper la geografía y la morfología.
De todas maneras las infraestructuras de aguas y desagues están ya al límite, y este hostal mide a cada milímetro la optimización de todos los recursos energéticos. Dentro de ellos , el agua es el primordial, un bien escaso en esta región, razón por la cual en la Posta de Purmamarca no hay piscina, ni plantas que requieran riego habitual. Se hace gala, en cambio de cultivar sólo plantas autóctonas con capacidad de almacenar su humedad y bastarse con el agua de las lluvias. Además, en áreas de tuberías internas, se instalaron fluxers para ampliar la presión del agua en grifos y duchas.
Se hace todo lo posible por reutilizar todos los materiales, y de experimentar al máximo con todos los sistemas que señala la eco sostenibilidad. Así , en la reforma que relizaron en el 2013 se experimentó instalando en la recepción un Techo vivo o verde a fin de capatar el excedente de agua de lluvia y aumentar la aislación acústica, el ailamiento y la eficiencia energética. Según cuentan en su manual de intenciones, están siempre capacitándose para usar ideas innovadoras y productos ecoamigables que permitan un manejo consciente del agua.
En concordancia, han construído un vivero que es el orgullo de la casa, no sólo porque se ha hecho todo con materiales reciclados, sino porque se ha utilizado el adobe que es el material constructivo del lugar. Dentro se utilizan las técnicas más amables para cultivar los cáctus y las crasas, del modo que podemos ver en las siguientes fotos:
A cada paso en el Hostal Posta de Purmamarca encuentras una propuesta nueva y una reflexión ecosostenible. Me pareció intersantícima la cocina solar, fabricada por la Fundación EcoAndina que se usa para preparar algunos alimentos del desayuno, y por supuesto para tener agua para el mate sin consumo energético.
El Hostal tiene un área central de recepción y comedor, en donde se sirve el desayuno y algunos tentempiés. Invita a quedarse pero no tanto como las mesitas que están instaladas fuera, en las que se puede contemplar el paisaje tan espectacular que se tiene alrededor.
Las habitaciones se distribuyen en torno a una explanada a modo de pequeños bungalows que dan mucha independencia a los huéspedes. Hay dobles, triples y cuádruples, todas ellas decoradas de un modo simple pero con lindísimos toques regionales como son las conchas de aguayo.
Hay otros detalles que hacen de este lugar un lugar especial, como puede ser su llama, que aporta contenido sobre todo a los visitantes más pequeños.
Ha sido un "lujazo" conocer Purmamarca alojada en este hotel, que es mi Hotel de la Semana.