El hundimiento de España

Por Speedmaster
El hundimiento de España no tiene vuelta atrás. La nación está herida de muerte como en su día lo estuvo el Titanic. La grieta bajo la línea de flotación cada vez se extiende más y provocará que todos nosotros acabemos ahogados en un pozo lleno de mierda. Todos menos, eso sí, los más de 450.000 parásitos profesionales causantes de todo este estropicio.
Todos los españoles nos preguntamos qué hemos hecho para merecer esto. ¿Tan malos somos? ¿Por qué tenemos la desgracia de sufrir una clase política como la que nos gobierna? ¿Por qué tenemos que alimentar a casi medio millón de sanguijuelas que no hacen sino chuparnos la sangre? Escribí, en un post anterior, que cada país tiene los políticos que se merece. Ahora me desdigo: ¡Nadie merece esto!
Marianico Rajoy es un ser gris e inútil que nunca hubiera ganado unas elecciones en condiciones normales. Esto está claro. En mi opinión, no le hubieran votado ni sus propios vecinos como presidente de la comunidad. Pero entonces, ¿cómo es que ha llegado al poder y, además, con mayoría absoluta? ¿Cómo es que tenemos a un imbécil dormitando en la Moncloa?
La respuesta es obvia: Nadie en su sano juicio podía pensar que era posible hacerlo peor que ZP y, realmente, aún no tengo claro que eso sea factible. Podríamos decir que son igual de incompetentes, igual de mentirosos e igual de hijos de sus "purísimas" madres..
No nos engañemos: ni el PSOE es un partido de izquierdas, ni el PP es un partido de derechas. Ambos son, simplemente, partidos subordinados al capitalismo. El problema viene dado cuando ni uno solo de los estómagos agradecidos que los dirigen tiene ni la más pajolera idea de cómo administrar el capital; aparte de tener un arte innato, eso sí, para que gran parte del mismo acabe en sus bolsillos.
Salvando las distancias con ciertas "masas borreguiles", que en todas partes abundan, el ciudadano medio de nuestro país lo que desea es vivir tranquilo y lo mejor posible. Desea eso que se ha venido a llamar "el estado del bienestar". En el fondo, aun respetando los ideales y creencias de cada uno, a los españoles les importa una mierda la ideología demagoga y trasnochada que exhiben en sus discursos nuestros "amados" políticos. Por poner un ejemplo sangrante, tenemos a la rata almizclera calva (Rubalcaba) y sus perritos falderos (los sindicatos) acusando a Rajoy de ejercer políticas fascistas y anti sociales... - ¡Coño! Pues lo mismo que hiciste tú cuando estabas en la poltrona. ¡Pedazo de gilipollas!
Y es que lo del idiota este no tiene nombre. Cuando estaba en el poder, él y su gobierno subieron el IVA, recortaron en educación y en sanidad, bajaron el sueldo de los funcionarios, elevaron la edad de jubilación, eliminaron las deducciones por vivienda habitual, etc. Es decir, Marianico se ha limitado a continuar el triste legado que nos dejaron los socialistas.
¿Cuál es la diferencia entonces entre un partido "progresista y de izquierdas" y la "derecha más rancia y reaccionaria"? Yo no la veo por ningún lado. Si alguien lo sabe, le ruego que me abra los ojos y me haga ver la luz. Y es más, señor Rubalcaba, ¿Si usted tenía las soluciones a la crisis (esa que tardaron más de un año en ver) por qué no las aplicó cuando pudo? Es usted un pedazo de sinvergüenza y un jeta. Un auténtico profesional de la demagogia y la manipulación, un pelele y un cabrón "con pintas". ¡Me das asco, Alfredito! Menudo futuro nos espera cuando haya que elegir entre estos dos zoquetes. ¡Dios nos pille confesados!
Queda claro entonces que Rajoy fue elegido por la inutilidad manifiesta de Zapatero, pero ¿por qué fue elegido presidente un imbécil integral como "PetaZeta"? Pues la historia, desgraciadamente, se repite. Su antecesor, José María Aznar ("ASSnar" para los amigos) ese que hablaba catalán en la intimidad y que nos hipotecó con sus constantes bajadas de pantalones ante los partidos nacionalistas (aunque esto lo han hecho todos sin excepción) intentó engañar con descaro a todo un país tras los atentados del 11-M. Y eso está muy feo, "Txemari". Cuando ya tenías ganadas las elecciones de calle, se te ocurre mentir como un bellaco ante un hecho tan doloroso como aquel. Aparte de eso, nos involucraste en una guerra absurda y sin sentido. Te creciste ante la debilidad de tu adversario y te salió el tiro por la culata.
Hemos de reconocer que Aznar triunfó (aparentemente) en un aspecto: la economía. Recogió un país destrozado tras el paso del gobierno socialista del ínclito Felipe González (parece que por donde pasa el PSOE no vuelve a crecer la hierba) acuciado por el desempleo y la corrupción, y lo levantó hasta convertirlo en una de las mayores potencias de Europa. Eso sí, visto lo que ha ocurrido después, está claro que esta bonanza económica no estaba asentada en bases sólidas sino, más bien, en los pelotazos especulativos de la burbuja inmobiliaria.
Pero ¿por qué ganó Aznar las elecciones a González? Pues por lo ya comentado... Los desmanes socialistas no tuvieron medida, principalmente en los cuatro últimos años de su legislatura donde, por cierto, ya estaba Rubalcaba haciendo sus primeros pinitos como mono de feria. Corrupción política, choriceo institucional, terrorismo de estado (GAL), escándalos de todo tipo y un presidente (Felipito) muy listo que se hizo pasar por tonto. Juró tener un total desconocimiento en todas y cada una (que fueron muchas) de las tramas que se le imputaron.
Curiosamente, este tipejo que llegó con una chaqueta de pana y sin tener dónde caerse muerto, ocho años después poseía (presuntamente) varias propiedades en las urbanizaciones más lujosas del país y era propietario (también presuntamente, por si acaso...) de media República Dominicana. Y se hizo el tonto, el muy gañán... y así se fue de rositas, con su capullo en la mano y la flor, que siempre le ha acompañado, en el culo. Hoy se dedica al cultivo y cuidado de sus bonsáis, al diseño de joyas (¿...?) y a dar algún que otro discurso diciendo chorradas sobre las "izquierdas" y las "derechas", sobre la lucha de clases y las políticas retrógradas del capitalismo feroz que nos invade. ¡Manda güevos"! ¡Tú, que te lucraste como el que más!. Desde luego, es el presidente más inteligente, más sibilino y más demagogo que hemos tenido. Un tipo más que peligroso, no cabe duda.
Y así es la historia de nuestra democracia. Exceptuando la transición, dirigida tal vez por el único político medianamente honrado (no se puede decir lo mismo de la mayoría de miembros de su partido) de entre los que hemos sufrido, Adolfo Suárez, el pueblo español se ha visto forzado a elegir entre lo malo y lo peor. Y así nos ha ido: ¡De mal en peor! Recordemos: Felipe González, Aznar, Zapatero, Rajoy... ¡y Rubalcaba en la recámara! ¿Quién da más?
La realidad de la actualidad española ya la conocemos todos: Un estado hipotecado por las autonomías, endeudado hasta las cejas y esperando, en lenguaje taurino, que le den la puntilla.
Y alguno me dirá: Es que se puede votar a otros partidos aparte de los consabidos PP y PSOE... Y digo yo: ¿A quién? ¿A esa Izquierda Unida sin rumbo que hace guiños a los batasunos en las elecciones del País Vasco?  Si quisiera votar a los "batasunis" lo haría directamente. No hace falta que un partido sin identidad propia me diga que si les voto a ellos apoyarán a los otros. ¡Es absurdo! ¿A Fuerza Nueva, a los anarquistas...? ¡Que les den a todos! ¡Putos ladrones!
Y la nave sigue hundiéndose cada vez más. Sin remisión. Y lo peor de todo es que hasta que no consigamos librarnos del lastre de gorrones sinvergüenzas que nos invaden, esto seguirá así.
En un próximo artículo, que como es habitual en mí sabe Dios cuándo verá la luz, prometo continuar con este tema...
Hasta entonces, paciencia... ¡Mucha paciencia...!