Los inversores continúan transitando por el mercado con pies de plomo. La única certeza con que comenzó el mes fue el compromiso de Mario Draghi con tomar las medidas necesarias para evitar una recaída en la recesión de la economía europea, pero la semana llega cargada de interrogantes que no comenzarán a despejarse hasta mañana, cuando se conozca la decisión del comité de mercados abiertos de la Reserva Federal estadounidense, que hoy comenzó su reunión mensual.
Las Bolsas han subido con fuerza, hasta niveles cercanos a máximos anuales en el Ibex y hasta récord histórico en el caso de S&P, con lo que se hacen necesarios catalizadores muy evidentes para prolongar el avance. Y nadie quiere dar un nuevo paso adelante hasta conocer con detalle la opinión más en caliente de la máxima autoridad monetaria estadounidense. El gran temor es que una mejora del mercado laboral y del conjunto de la economía de Estados Unidos acelere el calendario de subida de tipos de interés, pese a la inequívoca señal de recuperación que ello representaría. El consenso de mercado no espera cambios en los tipos de la reunión de mañana, inalterados en la banda de mínimos históricos del 0%-0,25% desde noviembre de 2008, pero el gran foco de atención estará en los mensajes que lance la Fed, de la que hasta el momento se prevé no aborde un alza del precio del dinero hasta junio del próximo año.
Los bancos centrales se han convertido de hecho en el faro indiscutible que guía a los inversores y, en espera de la próxima señala, las Bolsas europeas han optado hoy de nuevo por una ligera corrección, mientras Wall Street cotiza prácticamente plano. El Ibex ha cerrado con una caída del 0,39%, hasta los 10.798,7 puntos y queda ya muy cerca de haber anulado las ganancias en el mes de septiembre, después de acercarse en los primeros días a máximos anuales. No bastó para contener la caída el alza del 6,10% de Jazztel, una vez conocida la opa amistosa de Orange, ni el avance del 0,25% de Telefónica, que con la citada operación vería reducida la competencia en el sector de las telecomunicaciones. En el lado opuesto, destacó la caída del 3,55% de BME.
A la expectación por la reunión de la Fed se añade un día más la inquietud por el referéndum que celebra Escocia este jueves y en el que se someterá a votación su independencia. La victoria del sí crearía una importante inquietud inicial respecto al futuro de la libra esterlina y del pago de la deuda soberana británica que correspondería a una Escocia independiente, además de agitar el sentimiento soberanista en otros países de la Unión Europea, con Cataluña como el foco más candente.
Como referencias macroeconómicas del día, los inversores han contado con una de cal y otra de arena. Por un lado, el mal dato de la caída de la inversión directa extranjera en China, que ha sufrido un descenso en agosto del 14% interanual, a niveles no vistos en más de dos años, lo que ha provocado la peor jornada bursátil en este mercado asiático en seis meses. Por otro lado, la confianza a medio plazo del inversor en la economía alemana bajó en septiembre, por noveno mes consecutivo, pero menos de lo previsto y frenó además notablemente la tendencia bajista. El Centro para la Investigación Económica Europea (ZEW) informó hoy de que su índice de confianza inversora en Alemania cayó en septiembre 1,7 puntos, hasta 6,9 puntos, después de haber caído en agosto hasta el nivel más bajo desde diciembre de 2012.
En España, el Tesoro ha logrado su objetivo al colocar 5.002,14 millones en letras a seis y 12 meses, aunque ha tenido que ofrecer a los inversores tipos ligeramente más altos que en la anterior ocasión. De esta forma, se ha quedado en la parte alta del rango, ya que esperaba captar entre 4.000 y 5.000 millones. La demanda, por su parte, ha sido alta y ha superado los 9.600 millones. La rentabilidad del bono español sigue sin apenas cambios en el 2,34%, con la prima de riesgo en los 128 puntos básicos. El euro continúa plano en los 1,294 dólares.
IBEX 35 10.432,900 1,200%