Revista Cine

El impactante estudio económico del Festival de San Sebastián

Publicado el 12 julio 2013 por Cineinvisible @cineinvisib

Como aquí no tenemos que explicar ni  surrealistas pagos diferidos ni sobres oscuros de contenido incierto ni rastreras indemnizaciones sospechosas ni pagas extrasiderales, el informe del impacto económico del Festival de San Sebastián es absolutamente comprensible. Más que una buena noticia constituye una lección de gestión y de eficacia económica que muchos deberían aprender con urgencia.

Dado que los datos concretos se pueden consultar en su página web, hay en resumen dos espectaculares noticias. El Festival crea empleos estables, dignos e interesantes para 82 personas al año (todos nuestros políticos deberían tatuarse en la piel esta afirmación: la cultura genera empleo).

JLR

Y otra tan importante, y que coincide con lo que ya habíamos tratado en un antiguo artículo sobre el tema, la suma de los impactos que general el Festival, con respecto a sus subvenciones públicas, tiene un retorno de casi 1 por 10. Impresionante.

Por un lado, el festival dispone de unos 7,5 millones de presupuestos, de los que 4,2 son aportación pública. Por otro, la suma de los impactos directos (lo que se gasta el festival), los indirectos (lo que genera el evento, por ejemplo, las noches de hotel) y los inducidos (el resto de actividad producida por las innumerables empresas intermedias que rondan el festival, por ejemplo, imprentas, alquiler de equipos…) asciende a más de 45,5 millones.

La cuenta de la vieja: la subvención pública de 4,2 genera 45,5 millones de euros (y por si fuera poco, sólo en impuestos ya se recuperan 4.662.583). Conclusión: invertir en cultura resulta beneficioso para el tejido social, económico e intelectual (otra frase que muchos deberían tatuarse, aunque no la comprendan).

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Sólo dos fotos acompañan este texto para mostrar a los protagonistas de esta excelente noticia. José Luis Rebordinos, director del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, en representación de los miles de personas que cada día luchan por mantener un festival, muestra, certamen…, desde el director hasta el último voluntario (va por vosotros, todos los que con vuestros insomnios llenáis nuestras noches de sueños inimaginables) y, la segunda,  el público. Sin él no existe nada. De todo corazón, GRACIAS.

No puedo evitar una última reflexión: si los gestores eficaces de cultura se ocupasen del resto de nuestra economía, otro gallo nos cantaría.


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