Los cambios motivados por las distintas revoluciones tecnológicas, como la radio, la televisión, los ordenadores, Internet, han terminado afectando con menor o mayor énfasis a la estrategia de las empresas. Por supuesto la revolución que ha supuesto Internet y las nuevas tecnologías de la información también acabaran pasando factura a las empresas que obvien la existencia de este cambio.
Sin embargo los gerentes de las pequeñas y medianas empresas que no disponen de departamentos tecnológicos, ni un asesoramiento externo cualificado, se preguntaran que puedo yo hacer, cual es la forma correcta y como afectara a mi organización.
La historia ha demostrado que no se debe hacer cambios drásticos rápidamente que hagan caso omiso de lo que se viene haciendo con los medios disponibles en la empresa.
Ya que pueden no aprovecharse métodos de trabajo que siguen siendo efectivos, además de que el personal ante cambios drásticos puede oponer resistencia que hagan que la introducción de las nuevas tecnologías no den los resultados que esperamos.
Tampoco se trata de gastar una importante cantidad de recursos ya que puede ser contraproducente para las finanzas de la empresa, ya que pueden tardar en llegar los beneficios que aporten las innovaciones tecnológicas.
El mejor modelo de cambio que mejor ha funcionado ha sido aquel que no supone cambios radicales sino dejar coexistir las dos formas de gestión, la tradicional y la que proporcionen las nuevas tecnologías, pasando a estas una vez que hemos demostrado como afectan positivamente a nuestro modelo de negocio. Y si alguien esta pensando en que dispone de unas barreras de entrada a su negocio y no vera afectada su posición en el mercado, está equivocado ya que cada revolución tecnológica acaba afectando a las reglas básicas que regulan los mercados, como la legislación existente, la globalización generalizada, la aceleración en el ciclo de vida de productos y servicios, etc.
Es preciso empezar realizando un estudio de cómo afectaran a mi negocio las novedades tecnológicas existentes, ya que puede ser que mejores rendimientos de unidades de negocio pero no constituya un elemento diferenciador para nuestra empresa, que lleguen a constituir una ventaja competitiva fundamental que acabe incidiendo en los resultados de nuestra empresa, que cambie las reglas de competitividad del sector en que se encuentra la empresa, afecte a los sistemas de producción, nos sirvan para conquistar nuevos mercados, modificar los métodos de distribución y comercialización, modifiquen las prestaciones de los productos y servicios existentes, etc.
Se puede concluir que según como afecte el cambio tecnológico a nuestra empresa estaremos ante una amenaza o una oportunidad según la actitud que tomemos y el acierto con que introduzcamos los cambios en nuestra organización. Ya que el éxito no va ligado a implantar lo último en nuevas tecnologías, sino que es fruto de aplicar las soluciones mas apropiadas de forma que mejoren nuestra eficiencia en cada proceso o unidad de negocio de la empresa, lo que acabara afectando en mejorar los sistemas de producción, disminución de costes, eliminación de unidades no rentables, mejora de las prestaciones de nuestros productos y servicios, etc.
Con lo cual podemos afirmar que tan importante es hacer un seguimiento del impacto de las nuevas tecnologías y comprender como afectaran a nuestra organización, como analizar cuidadosamente en términos de coste y adaptación correcta a la empresa de las mismas, ya que este punto puede llegar a ser un factor importante en la competitividad de nuestra empresa.
Otro punto determinante es en que momento debe la dirección tomar cartas en el asunto y comprometerse con el cambio tecnológico, se trata de una cuestión de asumir riesgos, ya que uno puede ser pionero en la implantación de los cambios o esperar algún tiempo y ver los resultados que se dan en otras empresas. Lo que si se puede afirmar es que el riesgo de no tomar decisión alguna puede ser decisivo en el futuro de la empresa.
Si es respetable la adopción de distintas estrategias que contemplen la aportación de estas tecnologías en la empresa bien directamente, con elementos que nos diferencien de la competencia o bien a través de alianzas con un socio que nos aporte la base tecnológica que necesitamos.
En la actualidad esta es la estrategia más utilizada ya que permite complementar recursos y minimizar riesgos, y lo más importante obtener y valorar experiencias con independencia de que la alianza persista en el tiempo.
Autor Manuel Trincado
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