Leyendo esta entrada parece dar la sensación de que hablamos de la muerte de un creador como Lucas, aunque lo cierto es que se trata de una simple transacción comercial, de dinero, de mucho dinero, concretamente 4.050 millones de dólares. A sus casi 70 años, el responsable de Star Wars ha debido de considerar que había llegado el momento de entregar su legado para que otros continúen en el futuro. Había manifestado que ya no habría más entregas de la saga galáctica, aunque en el fondo muchos pensábamos que sólo era una estrategia, que un negocio de tanta rentabilidad no podía permanecer demasiado tiempo aletargado. En Disney se habla ya del 2015 como la fecha de estreno de un posible Episodio VII, y muchos son los que piensan que tal proyecto estará contaminado por las propuestas infantiles habituales de la compañía del ratón Mickey, como si Lucas estuviera libre de pecado de aportaciones pueriles. Es pronto para emitir un juicio certero de lo que podrá ser esa nueva entrega y mucho dependerá de los responsables en los que recaiga semejante encargo. Disney se está convirtiendo en un gigante que lo devora absolutamente todo, tal y como lo demuestra su adquisición de la compañía de Jin Henson y sus teleñecos, exceptuando Barrio Sésamo, de Pixar y de Marvel.
Una tarde del año 1977 mi rostro se iluminó por completo con una nave especial de dimensiones infinitas que cruzaba la pantalla. Fue el inicio de un viaje extraordinario, comandado por un genio llamado George Lucas, que demostró su talento como creador más que como director o guionista, pero su universo particular nos ha acompañado durante varias décadas. Otros han retomado su labor y sólo cabe esperar que la fuerza les acompañe...