Quizá el punto más flojo de la película sean las interpretaciones, algo justas, sobre todo por la pareja protagonista, Mark Wahlberg y Zooey Deschanel, que si bien no lo hacen del todo mal, se ven algo forzadas. Por otro lado, tenemos una gran interpretación de John Leguizamo, que aunque tenga pocos minutos en la película, hace un estupendo trabajo.
Intriga a lo largo del todo metraje, pues en realidad, no se llega a comprender bien lo que en realidad esta pasando, ni siquiera queda tan claro con el epilogo final, con las voces de la tele. Un estilo muy propio del director, que juega con el suspense, como el maestro Hitchcock.