Su paso por el equipo tras su llegada en el traspaso con los Thunder de Oklahoma ha sido productivo. El jugador ha respondido casi siempre que se le ha buscado. Lamentablemente, el no haber contado con más minutos en los Playoffs hace difícil realizar una evaluación real sobre si merece o no la pena apostar por un pívot con grandes fundamentos ofensivos pero carente de sangre en defensa y en los rebotes.
"Quiero volver aquí", dijo Krstic. "Obviamente que quiero ver cuáles son mis opciones, pero evaluaré el buen trato que me ha dado esta organización y lo mucho que me gusta el equipo. Si usted me pregunta le diré que sí, pero eso depende de ellos [Celtics]".
Por su parte, Danny Ainge, GM de la franquicia defendió su posición respecto a la renovación o no del pívot serbio.
"Él nunca ha tenido la titularidad nuevamente tras lesionarse. Más tarde volvió a caer lesionado de la otra rodilla, así que ambas estaban magulladas. Realmente, sólo estuvo sano ante los Heat pero en ese momento Jermaine estaba viniendo de jugar muy bien defensivamente y Doc estaba tratando de dar confianza a Glen Davis. Lo cierto es que en el último partido, Krstic estuvo bien, regresó y contribuyó", citó Ainge.
"Creo que la clave será la salud del jugador. Si puede mantenerse sano durante toda la temporada ese será un gan motivo. Es difícil encontrarse un siete pies con buen tiro", dijo Danny. "Entonces habrá que tomar una decisión siempre y cuándo el contrato no sea demasiado caro".
La renovación de Krstic dependerá en gran medida de lo que Glen Davis decida hacer con su futuro. Ambos ofrecen fundamentos semilares al equipo. Buen tiro, poco protagonísmo y mucha limitación a la hora de tomar rebotes. Sin embargo, parece ser que "Big Baby" busca probar su valor en el mercado.
Esta temporada, el ex de LSU tratará de adjudicarse un nuevo rol, ya sea dentro o fuera de Boston. Lo más posible es que acabe en otro equipo a mitad del verano, no obstante, nada está decidido aún. Lo que es seguro es que no merecerá la pena hipotecar un futuro reciente (2012) en el que tan sólo Paul Pierce, Rajon Rondo y Avery Bradley tendrán contrato por un jugador al que apuesto en un par de temporadas su escasa altura y su pobre físico pasarán factura.