El pasado viernes 17 de mayo de 2013, el presidente de la República Juan Manuel Santos anunció a la Nación que quería la reelección de sus políticas. Para ello, designó como presidente de la Junta Directiva de la Fundación Buen Gobierno al ex ministro Germán Vargas Lleras, y como director ejecutivo de la misma al ex secretario general de la presidencia Juan Mesa. El presidente Santos no habló de reelección para el cargo que ostenta desde 2010. No, dijo que buscaba la continuación de sus políticas de gobierno más allá del 2014. Para algunos, es una jugada estratégica. Santos estaría buscando la reelección como presidente de la República, pero, no se lanzaría al agua de forma tan anticipada. Primero que todo, pondría a funcionar la campaña reeleccionista, pero sin mencionar su deseo directo de ser él el candidato. Algunos analistas opinan que Santos esperaría el resultado de las conversaciones de paz en La Habana, y el mejoramiento de otros indicadores, sobre todo en el campo económico. Si las cosas salen bien en La Habana, Santos anunciaría el propósito de reelegirse como presidente de la República. Si las cosas salen mal, es muy probable que él declinaría esta aspiración, suponen esos mismos analistas. Empero, la campaña reeleccionista ya estaría en funcionamiento, y el denominado plan B estaría encabezado por Vargas Lleras. Juan Manuel Santos tiene una opción muy grande de reelegirse en 2014 a pesar de todo, incluso, si el proceso de paz saliera mal. El poder que tiene un presidente en Colombia es enorme, gigantesco. Los políticos profesionales siempre acompañan a quien tiene la sartén por el mango, y en este caso, la tiene Santos. De la misma forma, él estaría acompañado por Vargas Lleras, pase lo que pase; y la realidad es que el nieto de Carlos Lleras Restrepo es un peso pesado de la política colombiana. Un factor de éxito adicional en una posible campaña reeleccionista. Sin embargo, la cosa tampoco está tan clara para Santos. El ex presidente de la República Álvaro Uribe Vélez se ha propuesto aguarle la fiesta al mandatario. El ex presidente se ha convertido en el mayor opositor del Gobierno, y ha puesto en marcha un movimiento político denominado como Puro Centro Democrático, donde él es la estrella rutilante. Uribe Vélez tiene una popularidad muy alta, sobre todo en los círculos rurales y agrarios. Eso sin contar que en su tierra natal –Antioquia-, es casi un dios. El ex presidente podría ser una piedra en el zapato para las aspiraciones de Santos. Álvaro Uribe Vélez tiene también una limitación muy grande: él no puede competir con el actual presidente de la República en elecciones para la primera magistratura de la Nación. La Constitución se lo prohíbe. Es por esto que está buscando una figura dentro de su movimiento que sí lo pueda hacer. Óscar Iván Zuluaga, Francisco Santos, José Félix Lafaurie, Carlos Holmes Trujillo, son algunos de los nombres que baraja el uribismo para pelear electoralmente en el 2014. Sin embargo, el problema es complejo porque quien ostenta el carisma, el encanto, el amor popular, es Uribe. ¿Podría el ex presidente endosar esa popularidad a alguno de esos personajes? Está por verse. Santos y Uribe pertenecen a un sector del espectro político: la derecha. Están en el mismo lado del espectro. Obviamente, Uribe está más sintonizado con la derecha extrema, y Santos sería más de centro-derecha, pero, en últimas, ambos tienen las mismas ideas en lo substancial; aunque discrepan en asuntos como el proceso de paz con la FARC, y el manejo de las relaciones internacionales, especialmente con Venezuela. Si la derecha llega atomizada a las elecciones de 2014, ¿podría la izquierda hacer fiesta con el agarrón de Santos y Uribe? Yo creería que una tercera fuerza los podría poner en vilo. Ya pasó en Bogotá con la elección de Gustavo Petro como alcalde. Cuando Peñalosa, Gina Parody, Carlos Fernando Galán, y David Luna, decidieron competir por separado, ahí eligieron indirectamente a Petro. ¿Eso podría pasar a nivel nacional? También está por verse. Si Santos decide no presentarse a la reelección, ¿Vargas Lleras tendría la fuerza necesaria para derrotar al uribismo? Quién sabe, el ex presidente del Senado contaría con el apoyo de las toldas de Juan Manuel Santos, pero no sería lo mismo. Él no es el presidente de la República en ejercicio. Fuera de eso, sería el heredero de los defectos del gobierno de Santos. Las cosas tampoco están claras por este lado. Colombia vive hoy en día una incertidumbre política. Hay unas conversaciones de paz con las FARC en La Habana, no se sabe cómo termine esto. Los indicadores económicos actualmente son buenos, pero, los nubarrones de un desastre en Europa y en Estados Unidos le podrían dañar el caminado a la sólida economía colombiana, y el paganini de esto sería el Gobierno Nacional. Lo único que sabemos es que Santos ya nombró a su equipo político para 2014, con Vargas Lleras, el general (r) Óscar Naranjo, la ex canciller María Emma Mejía, Juan Mesa, Gabriel Silva, y Juan José Echavarría. Falta ver si él personalmente asumirá la campaña de reelección, o dejará a un delfín para que se mida con las toldas uribistas y con los movimientos de izquierda en 2014.
El pasado viernes 17 de mayo de 2013, el presidente de la República Juan Manuel Santos anunció a la Nación que quería la reelección de sus políticas. Para ello, designó como presidente de la Junta Directiva de la Fundación Buen Gobierno al ex ministro Germán Vargas Lleras, y como director ejecutivo de la misma al ex secretario general de la presidencia Juan Mesa. El presidente Santos no habló de reelección para el cargo que ostenta desde 2010. No, dijo que buscaba la continuación de sus políticas de gobierno más allá del 2014. Para algunos, es una jugada estratégica. Santos estaría buscando la reelección como presidente de la República, pero, no se lanzaría al agua de forma tan anticipada. Primero que todo, pondría a funcionar la campaña reeleccionista, pero sin mencionar su deseo directo de ser él el candidato. Algunos analistas opinan que Santos esperaría el resultado de las conversaciones de paz en La Habana, y el mejoramiento de otros indicadores, sobre todo en el campo económico. Si las cosas salen bien en La Habana, Santos anunciaría el propósito de reelegirse como presidente de la República. Si las cosas salen mal, es muy probable que él declinaría esta aspiración, suponen esos mismos analistas. Empero, la campaña reeleccionista ya estaría en funcionamiento, y el denominado plan B estaría encabezado por Vargas Lleras. Juan Manuel Santos tiene una opción muy grande de reelegirse en 2014 a pesar de todo, incluso, si el proceso de paz saliera mal. El poder que tiene un presidente en Colombia es enorme, gigantesco. Los políticos profesionales siempre acompañan a quien tiene la sartén por el mango, y en este caso, la tiene Santos. De la misma forma, él estaría acompañado por Vargas Lleras, pase lo que pase; y la realidad es que el nieto de Carlos Lleras Restrepo es un peso pesado de la política colombiana. Un factor de éxito adicional en una posible campaña reeleccionista. Sin embargo, la cosa tampoco está tan clara para Santos. El ex presidente de la República Álvaro Uribe Vélez se ha propuesto aguarle la fiesta al mandatario. El ex presidente se ha convertido en el mayor opositor del Gobierno, y ha puesto en marcha un movimiento político denominado como Puro Centro Democrático, donde él es la estrella rutilante. Uribe Vélez tiene una popularidad muy alta, sobre todo en los círculos rurales y agrarios. Eso sin contar que en su tierra natal –Antioquia-, es casi un dios. El ex presidente podría ser una piedra en el zapato para las aspiraciones de Santos. Álvaro Uribe Vélez tiene también una limitación muy grande: él no puede competir con el actual presidente de la República en elecciones para la primera magistratura de la Nación. La Constitución se lo prohíbe. Es por esto que está buscando una figura dentro de su movimiento que sí lo pueda hacer. Óscar Iván Zuluaga, Francisco Santos, José Félix Lafaurie, Carlos Holmes Trujillo, son algunos de los nombres que baraja el uribismo para pelear electoralmente en el 2014. Sin embargo, el problema es complejo porque quien ostenta el carisma, el encanto, el amor popular, es Uribe. ¿Podría el ex presidente endosar esa popularidad a alguno de esos personajes? Está por verse. Santos y Uribe pertenecen a un sector del espectro político: la derecha. Están en el mismo lado del espectro. Obviamente, Uribe está más sintonizado con la derecha extrema, y Santos sería más de centro-derecha, pero, en últimas, ambos tienen las mismas ideas en lo substancial; aunque discrepan en asuntos como el proceso de paz con la FARC, y el manejo de las relaciones internacionales, especialmente con Venezuela. Si la derecha llega atomizada a las elecciones de 2014, ¿podría la izquierda hacer fiesta con el agarrón de Santos y Uribe? Yo creería que una tercera fuerza los podría poner en vilo. Ya pasó en Bogotá con la elección de Gustavo Petro como alcalde. Cuando Peñalosa, Gina Parody, Carlos Fernando Galán, y David Luna, decidieron competir por separado, ahí eligieron indirectamente a Petro. ¿Eso podría pasar a nivel nacional? También está por verse. Si Santos decide no presentarse a la reelección, ¿Vargas Lleras tendría la fuerza necesaria para derrotar al uribismo? Quién sabe, el ex presidente del Senado contaría con el apoyo de las toldas de Juan Manuel Santos, pero no sería lo mismo. Él no es el presidente de la República en ejercicio. Fuera de eso, sería el heredero de los defectos del gobierno de Santos. Las cosas tampoco están claras por este lado. Colombia vive hoy en día una incertidumbre política. Hay unas conversaciones de paz con las FARC en La Habana, no se sabe cómo termine esto. Los indicadores económicos actualmente son buenos, pero, los nubarrones de un desastre en Europa y en Estados Unidos le podrían dañar el caminado a la sólida economía colombiana, y el paganini de esto sería el Gobierno Nacional. Lo único que sabemos es que Santos ya nombró a su equipo político para 2014, con Vargas Lleras, el general (r) Óscar Naranjo, la ex canciller María Emma Mejía, Juan Mesa, Gabriel Silva, y Juan José Echavarría. Falta ver si él personalmente asumirá la campaña de reelección, o dejará a un delfín para que se mida con las toldas uribistas y con los movimientos de izquierda en 2014.