Eduardo Rivero
Los tiempos geopolíticos pueden ser sumamente extensos y en ocasiones cortos, también asiste a la teoría de la relatividad. Para el inicio de la Primera Guerra Mundial la incipiente China Socialista comenzaba su proceso de liberación definitivo después de largas décadas de opresión japonesa. Brotaban apenas los gérmenes de la futura revolución.
Para el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, China todavía permanecía bajo una fuerte influencia del Imperio japonés de Hirohito; lo que propició la unidad nacional de los revolucionarios comunistas con la derecha liberal pro-capitalista en un momento dado para enfrentar al enemigo extranjero japonés por una causa común: La liberación nacional y la Independencia.
El día grandioso para China llegó por fin el 1ro. de octubre de 1949, cuando la Revolución proclama la Independencia oficial posterior al final de la guerra y luego de otra etapa de enfrentamiento civil entre los comunistas liderados por Mao Tse Tung y los liberales por Chiang Kai-shek. Ése día de octubre, con la victoria comunista, los liberales huyen hacia la famosa Isla de Taiwán y se mantienen atrincherados hasta la actualidad, de ahí en parte el origen del conflicto, ya que se han mantenido con el apoyo de Occidente en diversas etapas de la historia.
Pero el análisis continúa, EE.UU. en su plan maquiavélico estratégico decidió apoyar a los comunistas a partir de los años 1970 sólo para poder concentrar una estrategia contra la poderosa e imparable URSS que ya aventajaba a EE.UU. en todas las aristas de la vida de una nación, sobre todo la militar, la económica y la social. Es así como a través de las negociaciones con el Secretario de Estado y Estadista Henry Kissinger, financiaron y apoyaron en secreto el desarrollo de China como nación en el denominado “Plan de Contención” para toda Asia y así contrarrestar la influencia de la Unión Soviética; plan que funcionó ya que para 1990 se logra el objetivo del derrumbe de la URSS.
Pero como toda moneda tiene sus dos caras, el plan había sido perfecto hasta que llegó Chávez a través de la Revolución Bolivariana y unió a China con Rusia para iniciar la futura multipolaridad. Ahora y a partir de ahí, la poderosa Nación Socialista ¡China es indetenible!
Así, para procurar frenar éste proceso ahora inconveniente para Occidente, EE.UU. aplicó la guerra comercial contra los sectores tecnológicos liderados por Huawei (la empresa tecnológica número uno del mundo y de propiedad de los trabajadores) e intentar quebrar su ejemplo. Objetivo logrado a medias pero fallido posteriormente, por lo que la empresa fue recuperándose a finales de 2019. Es en ése momento donde deciden lanzar el virus del Covid calculando de forma errónea que una pandemia frenaría el avance de todas las economías del mundo incluyendo la China aunque comercialmente, si tenían un triunfo ya que ganaban dinero con las ventas generadas para la industria farmacéutica de manera exponencial.
Aún así, la estrategia contra China volvió a ser fracasada y ésta espectacularmente se consolidó como la única economía con crecimiento en 2020 con un increíble 1% de su PIB en contraste del resto del mundo que vio caer en negativo sus indicadores; ese logro, a pesar del forzado aislamiento a causa del mortal virus fue posible gracias a la implementación de la Robótica en gran medida, pero también al alto mando estratégico nacional, a la voluntad consciente del pueblo chino y a la aplicación eficiente de un modelo socialista que está dando muestras palpables de que si es posible un sistema distinto al capitalismo explotador y decadente.
Finalmente, ante la impotencia, EE.UU. decide revivir la ultratumba del caso Taiwán, buscando exacerbar el conflicto a fin de aplicar una nueva especie de plan de contención pero ahora contra la imparable China Socialista, que en una segunda parte final de éste análisis veremos porqué.