El indigenismo americano y la nueva conciencia planetaria

Publicado el 18 mayo 2011 por Hclasalle
Recientemente el blog Hacia lo alto detalla la Ley de Derechos de la Madre Tierra, aprobada recientemente en Bolivia bajo el liderazgo esperanzador de Evo Morales, el primer gobernante indígena de esa nación cuya población es mayormente indígena.
La página de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra también contiene varios recursos para entender lo que dice esta ley y lo que proponen sus ideólogos.
Este intento del indígena de articular la historia y determinar los valores colectivos desde su perspectiva luego de 500 años de repudio colonial y capitalista al indígena es profundamente revolucionario y transformador. Es significativo que el contexto histórico en que se da este acontecimiento ideológico y la transformación cultural que le acompaña es dentro de un marco de crítica marxista y socialista al neoliberalismo y la globalización, que se ha normalizado ya en toda Latino América desde Argentina hasta México.
A nivel de todo el continente son muchas las rearticulaciones de las identidades, las reivindicaciones del orgullo indigenista, desde Chiapas hasta la lucha mapuche en Chile. Bolivia es solo un macrocosmos de un drama continental, y una semilla que se hizo manifiesta inmediatamente cuando llegó al poder Evo Morales y lo primero que hizo fue un gesto simbólico de ofrenda a la Pachamama, la Madre Tierra. Una nueva era había comenzado y mucha gente ya entendía las reverberaciones que iba a tener.
Lo cierto es que esta ley, que por primera vez en la historia le da derechos a la Madre Tierra, es mejor entendida como una iniciación, un pasaje de la conciencia colectiva hacia una relación mas conciente con el planeta y todas sus creaturas. Es algo quizá comparable a lo que los profetas indígenas han estado llamando 2012, las profecías de los guerreros del arcoiris, la profecía del cóndor y del águila, y quizá también el fenómeno Nueva Era conocido como 11:11 que también ha sido incorporado por los indígenas dentro de su discurso profético.
Todas estas profecías indican portales en el tiempo que auguran cambios colectivos significativos y trascienden las nacionalidades porque tienen auge en todo el continente, desde Canadá hasta México y Bolivia, donde la bandera nacional muestra los colores del arcoiris y hace referencia a estas profecías que se originan con los indígenas de Norte América. La profecía del cóndor y del águila, de hecho, dice que cuando estas dos aves vuelen juntas, eso va a indicar una nueva era de paz en todo el planeta. Las aves representan, obviamente, las Américas del Norte y del Sur.
El movimiento 2012 en Guatemala y entre los mayas del sur de México ha generado un enorme auge de interés en la cultura maya, cuyo sistema jeroglífico ha sido recientemente descodificado y cuya resurgencia es, por lo tanto, ya garantizada porque el idioma maya aún se habla. 2012 ha producido una explosión de expresiones culturales nuevas y antiguas, un entendimiento mas profundo de lo que es ser maya y un orgullo étnico mas vocal y mas educado entre los mayas.
Los efectos de estos movimientos, en medida que los indígenas continúen articulando la historia y sus esperanzas en el formato de profecías, van a tener profundos efectos por innumerables generaciones porque este es el marco que define la cosmovisión de un pueblo entero y al referirse a eventos que conectan un hemisferio entero, o al globo entero, estas profecías se convierten en historia, en cosmovisión, en significado y sentido.
No solo nos hacen entrecoser nuestras identidades americanas dentro de marcos cada vez mas enraizados en la siquis indígena y nativa del continente americano sino que también aseguran que se siga reproduciendo por siempre este discurso dentro de un contexto profético indígena en la forma de historia, generación tras generación, por siempre transformándose en matriz de tradiciones.
En otras palabras, lo que hicieron los judíos al escribir la Biblia para asegurar la preservación de sus futuras generaciones por siempre y para asegurar su autonomía ideológica, lo están haciendo ahora los nativos americanos.
Lo cual, tras 500 años de coloniaje y de discurso mas o menos eurocéntrico, va a ser liberador, transformador, revolucionario y radical, levantando una raza nueva hacia un destino del cual se vuelve cada vez mas conciente.Soy terrícola, secularista y humanista.