No lo entendía. No entendía porque el Thor y yo fuimos expulsado de Thor. Yo entré en Marvel por Thor. Como me atrae lo mitológico fue el superhéroe con el que empecé. Desde entonces no he parado de hacerlo salvo cuando Marvel me ha obligado. Ni la mierdola que hizo Straczynski ni la que hizo Fraction me hicieron parar porque lo que hizo Gillen, sobre todo con Loki, y lo que empezó a hacer Aaron, aun escribiendo torcido, demostraban que el personaje ni estaba agotado ni estaba quemado ni había caducado. Así que hasta ayer no entendía porque se le fulminó de su propia serie. Que es lo mismo que decir que no entendía por qué se me había echado a mi de la serie tras llevar 30 años coleccionándola. No es que piense que tengo dchos. sobre ella o que se me deba un respeto por ser un tonto fiel canoso, es que Marvel-Aaron no habían justificado el cambio. Todo parecía lo que en realidad es, una orden de arriba caprichosa e hipócrita para intentar rascar algún dólar arrimándose a la moda del momento. Nadie que conociese al personaje, al Thor marvelita, entendía su indignidad porque no encaja con él ni con su pasado y está miniserie nos da la razón. No estábamos locos, es que Aaron había hecho lo que le daba la gana. Esto sólo se sostiene dentro de la etapa dese guionista siempre y cuando aceptemos sus reglas. Pero eso no me pareció excesivamente grave, los bandazos es algo típico de los negocios. Pero es que poco después vinieron Marvel y Aaron pretendiendo que me comiese a Jane Foster como Thor. Esto, al margen del sin sentido de los nombres propios, para cualquier viejo seguidor del dios vikingomarvelita, no para uno destos canis recién llegados que por eso mismo no saben nada, era muy irritante porque era un personaje odioso. De ahí que a pesar de que fuese el primer secundario de la serie allá por los 60 llevase años desaparecido. Era un estereotipo machista y por eso se había echo molesto. Era lo que a nadie le gusta de un personaje femenino, un interés romántico venido a menos. Así que el que sustituyesen al prota que venía siguiendo durante décadas por lo peor imaginable ya sí me molestó. Pero aunque eso me alienó no por ello abandoné la serie. Para ello 1º me tuve que caer del guindo. Cuando me di cuenta de que Thor no iba volver fue cuando dejé la cole. Mi problema no es que sea indigno o que lo puto peor ahora le sustituya, sino que el prota de la serie ya no aparece en ella. A mi la indignidad me parecía genial, un enfoque refrescante que como todos si se hacía bien puede darnos mucho solaz. O sea, que yo lo que quiero es leer al Thor marvelita de toda la vida, no movidas comerciales aunque sean legibles. Me da igual que haya uno o 300, lo que yo quiero leer es cómo eso le afecta al personaje que elegí un día de niño y que me deslumbró; y Marvel no me deja. Pero no pasa nada. No compro. Lo que me jodía es que nos echasen de la serie sin entender el porqué. Como empecé diciendo, el Thor marvelita no está acabado (y yo sigo teniendo dinero). Esta serie, que es del mísmismo Aaron (DC llévatelo también!!), lo demuestra.
Pero al fin he entendido el tema y eso ha hecho que disfrute más esta serie que no es gran cosa pero está muy bien hecha, una rareza. La casualidad ha querido que acabase de leer un artículo que dice que Lutero deliberadamente se presentó al público como un macho viril bien germánico, cosa que apoyaron tanto los que le usaron como sus enemigos. Hoy que el polvo está reposado acepta todo el mundo que el protestantismo fue un movimiento nacionalista. Fue contra lo extranjero, contra lo italiano/romano/mediterráneo, contra una autoridad transfronteriza, para esto no tiramos abajo el Imperio Romano de Occidente clavó Lutero en una puerta, y por ello era necesario que se presentase como el campeón del pueblo germánico. Como el protestón alemán vivió unos tiempos duros y patriarcales, la imagen que debía proyectar era la de macho viril germánico, que poco se distingue del de otras latitudes pero sí contrasta con los curas, monjes e intelectuales. Los protestantes representaron a Lutero como alguien fuerte, bravo, duro, del terruño, llano y dado a la justa ira (hoy decimos colérico o picajoso o con mal genio). Y resulta que así es el Thor de Aaron, aunque es algo que viene de lejos. No es un invento deste último. El Thor marvelita nunca ha sido así, como mucho fue un joven atolondrado y vanidoso, pero poco a poco a medida que el romanticismo con el que se miraba a los vikingos ha ido desapareciendo y se iba poniendo de moda el estereotipo de noble bruto (el cervecero poco refinado de buen corazón) se fue contagiando convirtiéndose poco a poco en la caricatura de un macho: un simpático pendenciero borrachín, como es el Hércules marvelita desde el torpe de Stern, de tal modo que el paleto de Aaron, que viene del ambiente macho cervecero/paleto, sólo tuvo que echar una gota para que el vaso colmase. Así, el Thor indigno es un tío fuertote que va con el pelo largo, la barba descuidada, lo típico del macho salvaje (los indios norteamericanos llevaban el pelo largo para desafiar a su enemigo ofreciéndole donde agarrarle y un bonito trofeo, y los espartanos iban con el pelo y barba largos para demostrar a su enemigo que eran indómitos y se afeitaban el bigote para demostrar su sumisión a las leyes espartanas), sin camisa y, a falta de martillo, con una jarra de cerveza, buscando pelea para así sublimar la pena que siente por sí mismo y siempre a un pelo de la furia berserk. Porque este Thor a pesar de los esfuerzos de Aaron no sufre, se autocompadece. En fin, que el Thor marvelita es el macho viril (germánico) venido a menos. Ahora todo tiene sentido.