A pesar que tiene detractores, se vende como pan caliente…!
Causa carcajadas, tímidas sonrisas y hasta ruboriza y hasta algunos se molestan (umm, no faltan..). Basta con levantar su faldón articulado para que despliegue – ¡oh, sorpresa!- su oculto secreto.
De ingenua apariencia, siempre que no se le mueva. Es una de las artesanías más vendidas en los mercados artesanales de nuestro país. Los hay de todos los tamaños y precios. Incluso, hasta figuras de su versión femenina.
Y todo partió de una simple broma. El artesano autodidacto Jorge Medina Ramírez, que vive en medio de un bosque nativo en el sector Candelaria, al costado del camino al volcán Villarrica, recuerda que la figura fue copiada de un muñeco apache articulado.
Su jefe los desafió para que tallaran el modelito en madera con la idea de regalarlo a un amigo de Santiago. Herramientas en mano, los tres comenzaron a tallar la figura tal y como es conocido hasta ahora.
La broma tuvo rápida aceptación. Más tarde pidió le tallaran otras cinco figuras. Consiguió igual resultado entre sus amistades. El pedido después se amplió a diez. Y así sucesivamente. Tal fue el éxito que no demoraron ni cinco minutos en iniciar su fabricación en serie.
No existe chileno que no conozca a este personaje tan típico de nuestras tierras y si viajas no te puedes perder verlo, y te desafiamos a que levantes uno de los gigantes que siempre están en exposición en las ferias de artesanía chilena, fotografía y recuerdo asegurados.