Infantilismo político es luchar para aparecer en las fotos como si fuera lo último que fuéramos a hacer. Creer que la imagen está por encima de la palabra, del contenido o del programa es infantilismo político y que se te salgan los ojos de las órbitas cuando ves a quien escribe la noticia o quien la fotografía, y quieras que hablen de ti a toda costa, también.
Infantilismo político es decir que vas a hacer la marcha Aspanis que son 16 kilómetros y hacer solo un pequeño tramo o no hacerla, aparecer en el parque del segundo sotillo, tomarte un bocadillo y un refresco llevando un chándal puesto delante de las cámaras de televisión para luego montarte en un coche es infantilismo político. Es mandar una nota de prensa diciendo una cosa y hacer otra diferente sin previo aviso. ¿No considera que como político, representante de la ciudadanía, tendría que dar ejemplo y hacer siempre lo que dice?¿Cómo podemos conseguir que la gente se sienta atraída por la política con este tipo de comportamiento?
Tal vez aquí cabría una crítica a los medios de comunicación y sus complicidades con respecto a este tema. Tal vez todos debiéramos hacer autocrítica con este infantilismo, no de menudencias sino, con respecto a los temas fundamentales. Tal vez sería necesaria la implicación del periodismo y de los y las periodistas en la construcción de otra realidad distinta. Hay que ser valiente, correcto y profesional, para dar al ojeador, lector, oyente o espectador la oportunidad de serlo también. Analizando la realidad tendríamos que ser conscientes de las dificultades: el periodismo es informar pero en esta vorágine mediática en la que estamos todos introducidos, con la violencia del exceso de información, la precariedad laboral y las reducciones de presupuesto es complicado ejercer esta función. Hay un papel de cristianisme y justícia que profundiza más sobre este tema, se llama un periodismo correcto.
En estos meses que llevo metido en la dinámica política de una manera más comprometida, hay algunas cosas que no comparto entre las cuáles está este infantilismo político, otra sería la dificultad de los políticos para establecer un orden de prioridades en función de los beneficios para la mayoría. Se sienten encorsetados por sus propios intereses o los de sus asesores del partido o los de las encuestas electorales. Lo secundario prima sobre fundamental, que es que la ciudadanía conozca nuestros compromisos, conseguir la regeneración de la política y revitalizar la democracia: ¿cuál es nuestro proyecto de ciudad?¿qué Palencia vamos a construir para el futuro?¿ayudará lo que planteamos a hacer de Palencia una ciudad mejor?
También me cuesta entender que vaya a pasar la campaña electoral sin debate alguno porque no hay voluntad por parte del resto de candidatos con representación institucional. Cuando no es una excusa es otra, lo tiene que organizar no sé quien, tiene que ser en no sé dónde, entendamos el debate como un intercambio de opiniones, de visiones y concepciones de la realidad, intentemos compartir nuestros puntos de vista para qué luego decidan los ciudadanos y las ciudadanas qué opción les representa mejor. Recalco una vez más mi disponibilidad total y absoluta y el respaldo del movimiento político y social por el que me presento a la Alcaldía del Ayuntamiento de Palencia.
(Por cierto, que aquí entre nosotros y nosotras, he hecho la marcha Aspanis en bicicleta, los 16 kilómetros. Posteriormente estuvimos en la Plaza Mayor donde había hinchables para peques y así conseguimos conjugar lo político con lo familiar)