"En mi vida militante he conocido gente que no se atrevía a sostener tal o cual cosa porque iba en contra de una “verdad” consagrada (...) O personas que temían, y temen, enfrentarse a los líderes de tal o cual partido o movimiento. También hay gente que primero ausculta el “estado de opinión”, antes de animarse a decir lo que piensa sobre alguna cuestión. Es una actitud que muchos mantienen en las más diversas circunstancias (...) En algunos casos puede ser simple “vileza” (todo sea en aras de estar “bien considerado”). Y en otros, se trata de cobardía política."
Qué bueno el último artículo de Rolando Astarita sobre el Prólogo de la Contribución de la crítica de la economía política, de 1859, de Carlos Marx. Dice mi admirado profesor argentino: