El infierno de Gabriel, de Sylvain Reynard

Publicado el 04 marzo 2013 por Xula

El infierno de GabrielSylvain ReynardISBN: 9788408038290Formato: Rústica sin solapas– 622 PágsEditorial: Esencia
Argumento
El misterioso y atractivo profesor Gabriel Emerson, reconocido especialista en Dante, es un hombre torturado por su pasado y orgulloso del prestigio que ha conseguido, aunque también es consciente de que es un imán para el pecado y, especialmente, para la lujuria.
Cuando la virtuosa Julia Mitchell se matricula en el máster que Gabriel imparte en la Universidad de Toronto, la vida de éste cambia irrevocablemente. La relación que mantiene con su nueva alumna lo obligará a enfrentarse a sus demonios personales y lo conducirá a una fascinante exploración del sexo, el amor y la redención.
Estructura, ambientación y estilo narrativo
La novela se estructura en 34 capítulos de relativa larga extensión, todos ellos numerados. No existe separación en partes o anotaciones a lo largo de las páginas.
La historia transcurre principalmente en Toronto, donde tienen su actividad laboral los dos personajes principales, aunque en algunas ocasiones se lleva a cabo un cambio de escenario hasta la ciudad natal de ambos. No contiene apenas descripciones, a excepción de algunas superficiales de los pisos en los que vienen o los restaurantes que visitan.
La narración está hecha en tercera persona con un narrador omnisciente que nos traslada con varios de los personajes (física y psicológicamente) cuando es necesario, aunque principalmente se centra en Julia. El ritmo es muy fluido debido al alto contenido en diálogos y las escasas descripciones.
Personajes
Julia, joven de 23 años, estudiante pre doctoral en la universidad de Toronto, viene de un pueblo de Pennsylvania donde ha dejado una pasado doloroso. Por tanto, su comportamiento es el de una mujer traumatizada, tímida y acomplejada de sí misma.
Gabriel, 33 años, es profesor de filología en la universidad de Toronto, y especialista en Dante. Se le presenta como un hombre de muy mal carácter, intransigente, pero por otra parte un mujeriego y un hombre de excesos. También tiene un pasado que le atormenta, y se cree condenado a no ser respetado, debido a sus actos anteriores.
Paul es un estudiante de postgrado, ayudante de Gabriel en el departamento, y que conoce a Julia en el seminario de éste. Es un joven atento que se da cuenta de lo mucho que sufre ella y pretende ayudarla en todo. Aunque no tarda mucho en enamorarse de ella.
Mi opinión
Todo empezó un fin de semana que estaba atascada en una lectura de novela negra que no me estaba entusiasmando. Este libro cayó en mis manos, me acordé del booktrailer que había enseñado Lectora de tot en Momentos de silencio compartido, así que me dije: ¿Por qué no? Así puedo recuperar el ritmo de lectura.
Hay una frase que he cortado de la sinopsis oficial de Planeta, pero que incluía los términos “ingenio y sarcasmo” refiriéndose al libro. Debo, por tanto, avisar desde este momento, que en la reseñas se podrá encontrar todo el ingenio y sarcasmo que le falta a la novela.
Quizá no es tanto que no me haya gustado, sino que me ha decepcionado. Me he sentido profundamente timada al haberme vendido una novela que no era como la pintaban. Para ello, tengo una lista de razones que voy a pasar a exponer.
Primera razón. Para empezar, el máximo atractivo que tenía el libro era una relación entre una joven estudiante y un profesor mayor que ella. Cuando empiezas a leerlo, te das cuenta de que no es para tanto, ya que son 10 años que me parece de lo más normal. Además, pasadas las primeras páginas, todo el mundo asume que él es tan joven que apenas hay ninguna referencia a ese tema, y los problemas que se encuentran van más por otros derroteros que por los trastornos que podría causarles su diferencia.
Según razón. Esta novela tiene de erótica lo que yo de andaluza: nada de nada de nada. Es una historia romántica, extremadamente edulcorada e incluso incoherente a veces. Lo que tenemos es un tira y afloja continuo, una “vamos a esperar” que la mayoría de las veces consigue dejarnos angustiados y con ganas de agredir a alguien.
Tercera razón. Volvemos a los topicazos masculinos. ¿Por qué en todas las novelas actuales tiene que haber un hombre increíble con una gran fortuna? ¿Es porque da juego a restaurantes lujosos y lencería cara? En serio, me resulta pesado.
Cuarta razón. Ella tampoco es que sea nada del otro mundo, y me parece un poco parada y tontilla. Es decir: mi absoluto contrario, y por esa razón me ha sacado de quicio en bastantes ocasiones. Vale que esta traumatizada, pero entonces ha sido un error por parte de la autora haber metido esas explosiones de carácter, porque es incongruente con… todo.
Quinta razón. Hay demasiadas referencias religiosas para mi gusto. Empieza como algo inocente que todo el mundo puede decir cuando muere un ser querido (del tipo “nos está sonriendo desde el cielo”) pero llega un punto en el que son demasiadas, y las reflexiones morales que tienen los protagonistas me parecen chapuceras. Si me ha sacado especialmente de mis casillas es por la hipocresía que supone dedicar una novela al sexo y luego hablar de infiernos y redenciones. Aunque como tampoco le ha salido muy bien la cosa en ese sentido, tampoco es tan grave esa doble moralidad.
Sexta razón. Los diálogos son empalagosos a más no poder. Y no solo son intolerables para diabéticos, sino que son poco creíbles y muy repetitivos. ¿Cuántas veces habrá repetido Gabriel los mismos salmos del tipo “Nadie puede quererme, soy un demonio, no tengo redención, blablablá”?
Séptima razón (y definitiva). El final es decepcionante. Lo puedo resumir en una frase de cuatro palabras: Tanto esperar, para esto. Sin comentarios, más que nada por el que quiera aun leer el libro.
Pero también tengo cosas buenas que decir, para alegría de los que aun estaban buscando algo que salvara una lectura que para ellos eran inminente:
Primera salvación. La novela se lee en un suspiro, a pesar de las más de 600 páginas que tiene. Si nos sentimos timados con su contenido, al menos podemos defendernos con que no perdimos demasiado tiempo (un día y medio, aproximadamente)
Segunda salvación. Se aprende mucho sobre Dante, su obra y su vida. Llevo años diciendo que quiero leer La divina comedia, y quizá esta desilusión me lleve a animarme, al ser uno de los pocos puntos favorables que le puedo sacara a la novela.
Tercera salvación. Una buena banda sonora. No sé porque esta tan de moda ponerle BSO a las novelas eróticas. ¿Sera para que luego la pongamos en casa y recordemos escenas? En este caso, me gusta lo que ha elegido. Digamos que no es lo facilón que podría coger cualquier de la radio, de la que voy a trabajar con Cadena 100 en el coche. Podéis escucharla desde la pagina del libro de Planeta, empezando por una sensual versión de “Bésame mucho” de Diana Krall, aunque yo sigo prefiriendo a Nat King Cole.
Cuarta salvación. Se agradece una novela narrada en tercera persona, lo que permite bailar entre personajes, saber más de ellos y de lo que piensan y sienten ambos. No solo la parte femenina, como viene a ser habitual en estas novelas.
Quinta salvación. A pesar de que pertenece a una trilogía (o saga, al menos) esta novela se puede leer de forma independiente, porque el final es autoconclusivo. Sí que es cierto que deja algunas cosas en el aire, de forma simplona y evidente, pero si no queremos continuar con la historia al cerrar este libro quedaremos totalmente saciados de nuestra curiosidad. Y a otra cosa, mariposa…
Lo que es más que evidente es que, aunque sacara un par de puntos positivos mas para igualar en número a las decepciones, para mi pesan mucho más estas últimas que las partes satisfactorias que haya podido obtener. Principalmente porque está vendida una novela a parte de explotar unas partes atractivas que apenas tienen lugar en la novela.
Si buscáis lo que sugiere la sinopsis y la publicidad, yo os recomiendo que no sigáis adelante. Pero si en cambio, os atrae la parte romántica y no la morbosa, quizá quedéis más satisfechos con ella. Yo personalmente me lo voy a pensar mucho antes de continuar la saga, que como no cambie el tono, no me atrae en absoluto.