El infierno está plagado de adverbios (terminados en -mente)

Publicado el 25 septiembre 2014 por Desequilibros
"Los adverbios (terminados en -mente) son como el diente de león. Uno en el césped tiene gracia, queda bonito, pero, como no lo arranques, al día siguiente encontrarás cinco, al otro cincuenta... y a partir de ahí, amigos míos, tendréis el césped «completamente», «avasalladoramente» cubierto de diente de león. Entonces los veréis como lo que son: malas hierbas, pero entonces, ¡ay!, entonces será demasiado tarde".
"Los adverbios de modo terminados en -mente son un vicio empobrecedor…  me parecen feos, largos y fáciles, y casi siempre que se eluden se encuentran formas bellas y originales".
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El otro día que encontré con un interesante apunte titulado "5 fascinantes curiosidades sobre escritores que debes conocer".
La curiosidad que más me llamó la atención fue la que describe "La guerra contra los adverbios" que tenía declarada Stephen King, y que da título a este apunte.
Decía el autor en La piedra de Sísifo, Isaac Belmar:
"En esta guerra a un lado del frente están los adverbios, al otro un héroe solitario o quizá no, Stephen King. El famoso escritor se suele proponer escribir 2.000 palabras cada día y hacerlo sin adverbios.
   «El camino hacia el infierno está plagado de adverbios y lo gritaré desde los tejados».

King le dice vehementemente a todo el que escucha que los adverbios son, probablemente, el mayor enemigo de la escritura".

Así que, en vista de tan categórica afirmación, he decidido explorar un poco el tema.
El propio Stephen King ha tenido a bien, costumbre no muy extendida entre los escritores, dejar escrito un libro sobre su quehacer creativo.  Mientras escribo contiene en su prólogo una admirable declaración de intenciones:
He escrito un libro corto porque a la mayoría de los libros sobre la escritura les sobra paja y tonterías. Los narradores no tenemos una idea muy clara de lo que hacemos. Cuando es bueno no suelen saber por qué y cuando es malo, tampoco. He supuesto que a menos páginas, menos paja. 
Cualquier aspirante a escritor debería leer The Elements of Style, de William Strunk Jr. y E. B. White. La regla número 13 del capítulo Fundamentos de la redacción dice: Omitir palabras innecesarias. Voy a intentarlo.
Y uno de los consejos que da es: desconfía del adverbio.
Y se explica:
Recordarás, por las clases de lengua, que el adverbio es una palabra que modifica un verbo, adjetivo u otro adverbio. Son las que acaban en -mente.
Ocurre con los adverbios como con la voz pasiva, que parecen hechos a la medida del escritor tímido.
Mediante los adverbios, lo habitual es que el escritor nos diga que tiene miedo de no expresarse con claridad y de no transmitir el argumento o imagen que tenía en la cabeza.
El autor de El Resplandor dice que debemos evitar a toda costa expresiones como “dijo lastimosamente”, “exclamó valientemente”, “dijo despectivamente”, etc. Si tenemos que expresar cómo está hablando el personaje, es porque estamos haciendo una pobre descripción o que el diálogo no es lo suficientemente claro.
Y pone un ejemplo muy clarificador, por las dudas:
Examinemos la frase «cerró firmemente la puerta». 
Reconozco que no es del todo mala (al menos tiene la ventaja de un verbo en voz activa), pero pregúntate si es imprescindible el «firmemente».
Me dirás que expresa un grado de diferencia entre «cerró la puerta» y «dio un portazo», y no es que vaya a discutírtelo...pero ¿y el contexto? ¿Qué decir de toda la prosa esclarecedora (y hasta emocionante) que precedía a «cerró firmemente la puerta»?
¿No debería informarnos de cómo la cerró? Y, si es verdad que nos informan de ello las frases anteriores, ¿no es superflua la palabra «firmemente»? ¿No es redundante?
Ya oigo a alguien acusándome de pesado. Lo niego. Creo que de adverbios está empedrado el infierno, y estoy dispuesto a vocearlo desde los tejados.
Dicho de otro modo: son como el diente de león. Uno en el césped tiene gracia, queda bonito, pero, como no lo arranques, al día siguiente encontrarás cinco, al otro cincuenta... y a partir de ahí, amigos míos, tendréis el césped «completamente», «avasalladoramente» cubierto de diente de león. Entonces los veréis como lo que son: malas hierbas, pero entonces, ¡ay!, entonces será demasiado tarde.
 Si queréis más ejemplos, en la página 79 (y ss.) del pdf con la obra de King los tenéis.
Pero es que Stephen King no era el único enemigo declarado de los adverbios.
García Márquez también tenía su opinión al respecto. En una entrevista para Los Angeles Times, asegura que, para mejorar su escritura, ha eliminado los adverbios terminados en -mente:
– Antes de Crónica de una Muerte Anunciada hay muchos. En Crónica creo que hay sólo uno. En Amor en los tiempos del cólera, no hay ninguno. 
En español, el adverbio -mente es una solución demasidado fácil. Si quieres usar un adverbio terminado en -mente y buscas otra palabra, siempre es mejor. Se ha vuelto tan natural para mí que lo hago sin darme cuenta.

Y en sus memorias, Vivir para contarla, vuelve a la carga:
"Me propuse un cambio de fondo a partir de mi cuento siguiente. La práctica terminó por convencerme de que los adverbios de modo terminados en -mente son un vicio empobrecedor.
Así que empecé a castigarlos donde me salían al paso, y cada vez me convencía más de que aquella obsesión me obligaba a encontrar formas más ricas y expresivas.
Hace mucho tiempo que en mis libros no hay ninguno, salvo en alguna cita textual. No sé, por supuesto, si mis traductores han detectado y contraído también, por razones de su oficio, esa paranoia de estilo".
En otra ocasión, al hablar sobre gramática, apostilló:
…en mis últimos seis libros no he usado un sólo adverbio de modo terminado en mente, porque me parecen feos, largos y fáciles, y casi siempre que se eluden se encuentran formas bellas y originales.

No malinterpreten a King o a García Márquez. El Manual de la Nueva Gramática de la lengua Española (de 2009) no dice que su uso sea incorrecto. Es más, en su apartado 30.7.2b aclara que
Los adverbios de manera orientados al objeto indican el modo en que la acción afecta al complemento de algunos predicados. Así, el adverbio mortalmente en Lo hirieron mortalmente indica una manera de herir, pero informa también de cierto cambio de estado en el que recibió la herida, y no de una situación del que la causó.
Tanto King como Gabo se refieren a cuestiones estilísticas con las que se puede, o no, estar de acuerdo. Y, de hecho, muchos son lo autores en castellano que han usado "brillantemente" este tipo de adverbios: desde Alfonso X hasta Fray Luis de León, Moratín, Valle-Inclán, Juan Ramón Jiménez
No me resito a citar la primera frase de la primera gran obra en lengua castellana: el Cantar de Mío Cid:
De los sos ojos tan fuertemientre llorando

Pero sigamos con el uso de los adverbios terminados en -mente, pero esta vez en referencia al lenguaje periodístico. Por desgracia, quedan pocos Larra o Blasco Ibáñez entre nuestros periodistas. Y el "nivel" narrativo de este gremio ha conseguido comenzar a excavar cuando parecía imposible caer más bajo.
Decía Darío Gallo, ahora editor jefe del diario Clarín:
No hay periodista que quiera impresionar con su escritura que no le meta adverbio terminado en mente a párrafo que se le cruce
Como por lo general están puestos para exagerar, para maquillar una prosa frágil, se los puede quitar sin que afecten el sentido de la frase. En muchos casos son redundantes. Para demostrar cómo se intenta embaucar con los "mente", basta leer discursos políticos o declaraciones intencionadísimas.

Así que ya saben: huyan, como de la peste, de los adverbios terminados en -mente.
Y a modo de despedida, déjenme que les recomiende la lectura de bloGicamente: único blog contra los adverbios terminados "en mente" en la redacción periodística y de blogs.
Por desgracia, solo estuvo activo unos meses y está muerto desde 2006, pero solo su título ya merece todos mis respetos.
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Bibliografía:Uso y abuso de adverbios.
• 5 fascinantes curiosidades sobre escritores que debes conocer.
Gabo Talks.
• Stephen King; MientrasEscribo. (pdf)
• Gabriel García Márquez; Vivir para contarla. (pdf)
• Sobre la gramática. Gabriel García Márquez.
• William Strunk Jr. y E. B. White; The Elements of Style. (pdf)
Manual de la Nueva Gramática de la lengua Española 2009. (pdf)
Fidel Castro y los adverbios terminados en mente.
• Precedentes mediatos e inmediatos de los adverbios en -mente.  (pdf)