La verdad, tarde o temprano, te pone a salvo. Según el informe que ha elaborado "Dynamica Consultig", los vecinos de la montaña palentina desconfían de las instituciones. No hay nada nuevo bajo el sol. Los elevados índices de masculinidad y soltería y el envejecimiento de la población eran cosa ya masticada por todo el mundo. Pero, quienes rigen, dudan y desconfían. Ponen en tela de juicio lo que aquí vamos apuntando y sólo para que quede constancia de su preocupación y no se note tanto su desconfianza, nos remiten a los informes oficiales, a las estadísticas que, para qué vamos a engañarnos, no nos desvelan nada nuevo.
Yo estoy satisfecho, entre comillas, de que, finalmente, aunque tarde y a regañadientes, como con miedo de perder la pensión por cantarles las cuarenta a quienes se sientan en la poltrona, gracias a la confianza que ellos les dieron en las urnas, el pueblo haya dicho que las cosas no marchan bien (o la consultoría haya reflejado fielmente lo que el pueblo ha dicho), y que ellos, que son los que pueden cambiarlas, se han ido pasando la pelota año tras año, postergando las soluciones, alargando las obras, retrasando en definitiva el cambio que nos hicieron ver en sus promesas.
La ciudadanía está muy descontenta con los servicios sanitarios. Mucho alardear de hospital nuevo y falta lo más básico para atender una urgencia. Curioso el acalorado debate que suscita el lamentable estado de la carretera que une Aguilar y Cervera. Lo que iba a unirnos, nos separa, dado que han tardado años en repararla y, cuando ya parecía compuesta para su inauguración, comienza a flaquear por mil puntos, por lo que las autoridades de los pueblos cercanos se han decidido a pedir explicaciones a la Junta. En este país todo se manifiesta a cámara lenta y llegamos tarde o no llegamos nunca a los sitios.
Estamos habituados a lo que aquí es normal: diez días de incomunicación por el invierno; casas en los pueblos que se habilitaron en su día como residencia del médico y que se dejaron perder inadecuadamente, sin que los mandatarios posteriores lucharan por recuperarlas en los años siguientes y restablecer así la situación.
Vías de comunicación tan importantes como ésta, que une los principales núcleos de montaña y cuya culminación estaba prevista para mediados de septiembre.
Entre todas las normas que se escriben, no hay una que hable de unificar esfuerzos y criterios y ahí se deja ver, precisamente, la dejadez de quienes proclaman a los cuatro vientos el esfuerzo que vienen realizando para dotarnos de infraestructuras. Es hora de que las autoridades de todos estos pueblos se unan y pongan sobre la mesa todas esas cuestiones que llegan a hacerse una bola indigesta. Todos los asuntos en la misma carpeta, porque aunque se trate de pueblos y partidos distintos, el fin que se persigue es el mismo.
De cualquier modo, hay unos datos que deben despertar la conciencia de nuestros gobernantes. Se ha encuestado a una buena parte de residentes habituales y ocasionales y, aunque este tipo de seguimiento no sea la panacea, si responde en un elevado porcentaje a la situación que se padece.
No se puede obviar la inquietud de la gente, pues se han llenado las salas donde se celebraban las reuniones y pese al alto porcentaje de satisfacción que se evidencia, cuando se les pregunta sobre la suerte de poder vivir todo el año en esta tierra, la fuerza de la razón es cada día mayor al considerar inadmisible la calificación de ciudadanos de segunda.
Hasta quienes se apresuraron a estampar la firma para decir que sí al Parque Natural, saben que este no podrá mostrarse si no hay buenos accesos y saben que comenzará a deteriorarse si se apalea o se ignora a quienes le mantienen.
Lloremos, que parece que lo del refrán también resulta verdadero.
De la sección "Vuelta a los Orígenes".
Diario Palentino, 26 Febrero de 2005