Publicado Originalmente en LiberalSpain.com
Ya tenemos aquí el quinto informe del Panel Intergubernamental del Cambio climático, IPCC, por sus siglas en inglés. Y por supuesto en este caso, como en todos los anteriores, la culpa de todos los males la tenemos nosotros. Los hombres.
Para empezar diré que ni lo he leído, ni pienso hacerlo. Así que hablaré de lo que he podido extraer de la prensa. No tengo tiempo de centrarme en tonterías. Me interesa más la parte filosófica del asunto.
El titular a extraer es que la temperatura del planeta podría incrementarse hasta casi 5º centígrados en el 2100. Esto es como el precio de los coches. “Desde”… Pues aquí “Hasta”. La horquilla muestra un incremento de 0,3º hasta 4,8º. Y con esto me quedo. De 0 a 5. De la nada al caos.
La realidad es que lo modelos matemáticos que se han desarrollado para todo este tinglado fallan más que los malos en las pelis. Esa es la realidad. La que viene demostrándose desde hace ya muchos años.
El hielo en los polos está creciendo de nuevo. El ozono se recupera. No tenemos ni idea de cómo será la temperatura dentro de unos años. No somos capaces de predecirla y no debiéramos jugar a hacerlo, al menos desde la autoridad gubernativa.
Lo peor no es que los modelos fallen. Ni siquiera que hayan sido creados desde un punto de vista catastrofista. Lo peor es la manipulación mediática de todo este asunto. Hay que tener el mundo limpio o vendrá el hombre del saco climático, a quemar a nuestros hijos con rayos ultravioletas. Manda huevos.
El mundo tiene que estar limpio, como tiene que estarlo tu casa. No por miedo. Si no por higiene. Debemos usar energías renovables, porque son rentables (cuando lo sean) no porque estemos cagaditos encima. Si no es rentable, no es ecológico, y por lo tanto no sirve más que para tener la conciencia tranquila. Y si no funciona el asunto monetario, no funciona el verde. Ahora, eso sí, queda chachi piruli decir que mi casa es ecológica. Pero no.
Los mismos que publican el informe se contradicen. Si pero, pero no. De 0 a 5. Somos ya muchos los que pedimos que dejen de gastarse nuestro dinero en observatorios del buenrollismo. Y somos los que pedimos que dejen de intentar meternos el miedo en el cuerpo. Conducir no provoca ningún mal en los ovarios. Hacerse pajas no te deja ciego. Jugar con fuego no hace que te mees en la cama. Somos adultos. Que nos traten como tal. Al menos a los que sí lo somos.
P.D.: Siempre me he preguntado por qué Groenlandia se dice Greenland en inglés. ¿Tendrá razón ese que me dice que aquello era verde hace 500 años? Dejo esta esta pregunta tonta, nada científica como remate. Si ellos pueden, yo también.
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