¿Es interesante? Sí, por dos motivos. El primero es que describe seis tecnologías emergentes que producirán cambios metodológicos en formación, y que como estamos abocados a utilizar es bueno irse familiarizando:
- A corto plazo (doce meses): Se irán imponiendo los libros electrónicos y dispositivos móviles (mobile learning).
- A medio plazo (dos a tres años): realidad aumentada y enseñanza basada en juegos (game-based learning).
- A largo plazo (cuatro o cinco años): computación basada en gestos y análisis estadístico del aprendizaje.
En el informe se describe cada una de estas tecnologías y su aplicación.
El segundo motivo es que anuncia las tendencias y retos críticos que tendrá que abordar el aprendizaje durante los próximos cinco años, entre ellos:
- La “descentralización” del conocimiento y de las infraestructuras.
- El aumento de los procesos colaborativos.
- La necesidad de conectividad permanente.
- La necesidad de formación de formadores en el uso de los nuevos medios (alfabetización digital).
- La necesidad de aprender a mantener el ritmo frente a la avalancha de información, nuevos dispositivos y herramientas.
- La falta de métricas adecuadas para evaluar.
¿Se cumplirá lo que predicen los cuatrocientos expertos que han elaborado el informe? Casi con certeza, aunque puede que la crisis alargue los plazos que ellos proponen. En todo caso, antes o después habrá que adaptarse a nuevas metodologías.
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