El ingrediente fundamental de la felicidad es un olor que se conoce, un tono de voz que no se ha olvidado.Somos excepcionales: entre tanto ruido podemos rescatar la mirada hermanada, el pulso acompasado después de años de latir juntos. No hay redención salvo en la mirada de quienes amamos.Sin alharacas ni sonoras demostraciones de afecto. Con el tiempo se aprende a callar. El amor ama el silencio del roce distraído.La muerte es un castigo inhumano, porque nos substrae de los demás. Y nos arrebata el olor de los padres, la paciencia del amigo, el calor del compañero.
Perdona. Me fui por las ramas.Quería decir, simplemente, que el ingrediente fundamental de la felicidad eres tú.
Antonio Carrillo