Esta novela encaja en la línea de novelas románticas para adolescentes, más en concreto tiene todas las características de una fan-fic. Se trata de una novela larga de más de 400 páginas dividida en multitud de capítulos muy breves, letra grande, amplios márgenes y una prosa muy poco elaborada. Es decir, que está configurada para captar la atención del lector que no busca nada más allá de un bonito desenlace: el tipo de libro que jamás leo.
Pero esta reseña surge por la colaboración con la web Edición Anticipada, en la que internautas con cierta visibilidad en diferentes canales (vídeo, blog, etc.) pueden suscribirse y solicitar ejemplares de los libros que cada poco tiempo se van ofreciendo. No tengo marcada la casilla de novela romántica ni juvenil entre mis preferencias, aún así es el tipo de libro que más habitualmente se ofrece, y solo por probar, pedí este.
Aclarado esto, y aunque sólo sea por ejercicio y diversión, vamos a ver un poco mejor por qué no me ha gustado y qué partes buenas quiero destacar, ya que también las tiene.
Al parecer, este libro fue autoeditado en Francia con bastante éxito, de ahí que un sello editorial se interesara por él y que haya llegado también la traducción a España. A grandes rasgos, hay que decir a su favor que Angélique Barbérat se ha esforzado por escribir una novela bonita. Es decir, creo que está llena de fallos y en conjunto es muy floja, pero bueno, no parece tener muchas pretensiones y en todo caso, es inocua.
Una de las características más llamativas es que trata el tema de la violencia machista: la dura realidad inevitablemente filtrada en las ficciones. Creo que el tratamiento está bien llevado, puesto que se parte de un personaje femenino fuertemente sometido desde la infancia, con un entorno de mayoría masculina, heteropatriarcal y una madre igualmente machista y con la voluntad suprimida. La joven no conoce otra realidad y nunca se le da la opción de conocer gente, salir fuera de su pequeño entorno, estudiar, etc.: antes de cumplir la mayoría de edad se la arroja en brazos de un marido maltratador que sabe mantener las apariencias de puertas afuera y tiene mucho dinero.
La diferencia con la mayoría de libros románticos dirigidos al mismo público es que en este, la mujer es consciente del peligro de su situación, si bien no sabe cómo salir de ella (psicológicamente, esto es totalmente normal y explicable). Es más, gracias a una serie de casualidades tendrá la opción de salvarse y alejar también del peligro a sus hijos. Esto es muy loable. En otros best-seller muy conocidos, la chica siempre perdona, justifica al maltratador, cambia de vida desoyendo los consejos de su entorno, se aleja de su familia y amigos coaccionada por su pareja, etc. Lo que pone los pelos de punta es que estos libros se lean (¡y se disfruten!) como si tal cosa, y que las actitudes aprendidas entre líneas se trasladen al escenario de la vida real y se permitan en las relaciones sentimentales de los lectores, que han aprendido que el machismo es “normal”. Las consecuencias de esto son vidas estigmatizadas para siempre, o un desenlace fatal, ¿cuántas mujeres murieron en España en 2016? En feminicidio.net hablan de 105, también nos recuerdan que el 016 es un número gratuito de ayuda a la mujer maltratada y que no deja huella en la factura telefónica.
El mensaje que quiere transmitir Barbérat es muy pertinente, como vemos: el empoderamiento de la mujer, el rechazo total y absoluto al maltrato machista en todas sus formas, la búsqueda vital de la belleza, la paz y la no violencia, etc. Son las formas lo que dan al traste con tan buenos propósitos. No se puede tomar en serio una novela si parece una de esas fan-fic tan populares en las redes, como decíamos. Recordemos que una ficción de un seguidor o fan-fiction, que es de donde proviene el término, es la historia que escribe un seguidor que en su fantasía literaria llega a conocer a su ídolo y a tener un romance idealizado con él.
En este caso, la casualidad conduce a la joven mujer maltratada a los brazos de un famoso artista (sensible, talentoso, hermoso y dispuesto a ayudarla a salir de su peligrosa situación), las casualidades son tantas y tan forzadas que destrozan por completo una trama ya de por sí inestable.
Un importante aspecto negativo que se deriva de esto es que, si bien la chica tiene opciones para escapar del maltrato, las tiene siempre y cuando pase a depender emocionalmente de otro hombre, y esto es indefendible, por muy perfecto y pacífico que sea el segundo candidato. Es decir, me hubiera gustado que se hubiera apostado con este personaje hasta el final, y tuviéramos una protagonista que fuera cien por cien un ejemplo a seguir, y no se quedara todo en una lucha desvaída por el “sí, pero…”
No me ha gustado el uso del viejo truco psicológico de los capítulos extremadamente breves y simples, que se leen rápido, en absoluto obligan a hacer una lectura pausada y reflexiva, ayudan a pasar páginas muy deprisa y consiguen mantener vivo el interés del lector. La conclusión es que es un libro para personas que leen poco, o que leen mucho y mal, en una comparación con el cine esta sería una novela de serie b.
“Leer cualquier cosa mientras se lea” me parece un error, este tipo de novelas y otras peores pueden configurar muy mal las delicadas mentes en crecimiento de lectores jóvenes, o ayudar a enquistar en sus concepciones insanas sobre las relaciones las mentes más maduras. Creo que sólo se pueden leer siendo muy conscientes de lo que se tiene entre manos, casi como una prueba vívida de lo pueril que es esta sociedad: “El complejo de Telémaco” de Recalcati explica esto muy bien, y antes que a Barbérat aconsejo echarle un vistazo.