Cuando estás embarazada de tu primer hijo creo que una pregunta que todas nos hemos hecho es ¿sabré hacerlo bien?¿sabré cuidarle?¿cuando mi hijo llore sabré lo que quiere?
En la preparación al parto siempre nos decían que no nos preocupáramos que lo único que teníamos que hacer era seguir nuestro instinto y que este no nos iba a fallar. Qué cuando tuviéramos a nuestros hijos en los brazos sentiríamos que necesitarían en cada momento. A mi en aquel entonces me sonaba un poco a ciencia a ficción, ahora ya se a que se referían pero creo que si nunca has sido madre no puedes saber exactamente que es eso del instinto que tiene una madre para saber en cada momento lo que necesita su hijo.
De todas formas desde el mismo momento en que el niño llega a este mundo parece que todo el mundo quiere que vayas en contra de tu instinto: no cojas al niño que se va acostumbrar, no le des tan a menudo de comer, dale de comer que parece que tiene hambre, sácale de tu habitación que ya es muy mayor (con tres meses, si, mañana le hago las maletas y le mando a vivir solo), no le dejes hacer eso que se esta riendo de ti, es mejor que se duerma solo, al principio llora un poco pero luego ya veras que bien….
Total que llega un momento que dudas hasta de tu propio instinto y ya no sabes si lo estas haciendo bien o mal. Por suerte, mi familia más cercana no se ha metido en mis decisiones y en todo caso las han apoyado o se han callado y las personas que me han dado estos consejos tan bienintencionados, sinceramente, me importan muy poquito.
Cuando mi hijo cumplió más o menos un año descubrí una serie de libros que me hubiera gustado leer antes de que hubiera nacido, y no porque me descubrieran nada nuevo, sino porque me vieron a confirmar lo que yo ya sabía por instinto como me habían dicho en preparación al parto.
De todos estos libros, destacaría tres:
• Un regalo para toda la vida, de Carlos González. Es una guía para la lactancia materna. Este si me hubiera gustado leérmelo antes de tener a mi hijo, porque mi hijo ni siquiera pudo tener una lactancia mixta, fue artificial desde los 15 días de vida más o menos. Es la espina que tengo clavada. Pero si tengo otro hijo, volveré a intentar que tenga lactancia materna.
• Bésame mucho, de Carlos González. Es un libro que ayuda a ver los niños como lo que son, seres que dependen de nosotros los adultos y que necesitan nuestro amor y apoyo. Mi marido desde que lo leyó dice que le ha cambiado la visión que tenía de nuestro hijo.
• Dormir sin lágrimas, de Rosa Jove. Este libro ayuda a entender el sueño de los niños y a que no nos desesperemos cuando no duermen del tirón toda le noche.
Me parece tan importante no perturbar el instinto que tenemos todas la madres y que no se porque se empeñan en quitarnos que no pierdo la ocasión de recomendar estos libros a todas mis amigas embarazas.