A Antonio María Rouco Varela, cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, no le agrada que, en el seno de la Iglesia, haya voces discordantes sobre la reforma laboral del Gobierno. Y así lo demostró hace unos días en un comunicado en el que mostraba su malestar ante las críticas que la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y la Juventud Obrera Católica (JOC), dos entidades eclesiásticas de carácter estatal, emitieron contra el nuevo marco para el empleo. Iba dirigido a los Vicarios Episcopales, para que, a petición del cardenal, la hicieran llegar a todas las parroquias y lugares de culto. Rouco consideraba “improcedente” la difusión del comunicado, próximo a los postulados de la izquierda, en el que ambas organizaciones animaban a participar en las movilizaciones sociales y sindicales.
El texto de la polémica, hecho público por ambos movimientos religiosos el pasado 17 de febrero, manifiesta su rechazo a las “sucesivas reformas laborales, de uno u otro signo político” que “están socavando los derechos de las personas trabajadoras y de sus familias”. Para ambas organizaciones, el nuevo marco rompía “el débil equilibrio conquistado históricamente entre capital-trabajo, alejándose del principio siempre defendido por la Iglesia de la prioridad del trabajo frente al capital”. Por eso, desde su comunicado conjunto, animaban a participar en las movilizaciones convocadas por los colectivos “eclesiásticos, sociales y sindicales” e instaban a los partidos políticos a corregir el texto vigente.
El Arzobispado de Madrid, por indicación del cardenal Rouco Varela, envió una circular a todas las parroquias y lugares de culto, señalando que la diócesis “no se identifica con el contenido de dicho documento, ni se hace responsable del mismo, considerando improcedente su difusión”. Colectivos de cristianos de base y sacerdotes como Eubilio Rodríguez, miembro del Foro de Curas de Madrid, consideran que esa nota del Arzobispado es un “claro intento de censura, ya que el comunicado en ningún momento señala que ésa sea la postura de la Iglesia sino que deja claro que es la opinión de los movimientos eclesiales que lo firman. “Esta claro –afirma Rodríguez, quien critica la nota del arzobispado, considerándola un evidente “intento de censura”– que la jerarquía (eclesiástica) quiere acallar la opinión de parte de la Iglesia, que está llegando en forma de debate y opinión sobre la crisis, los recortes y la reforma laboral a muchas parroquias de toda España”.