Comentábamos en Twitter algo que es loable y digno de felicitación, como es el interés que el presidente del Recre se ha tomado por la historia de su institución. A pesar de la situación de su club ha sido consecuente y ha amordazado para la posteridad aquello que le da significancia y forma de ser a su club. No le quedaba otra, ha cogido el toro por los cuernos y ha echado toda la carne en el asador.
Tras ello hoy aquí y ahora tenemos que reconocerle lo que ha hecho, nos quitamos el sombrero y felicidades.
No vamos a negar a estas alturas que lo verdaderamente importante de un club de fútbol, especialmente en la élite, es que se sea capaz de hacer un equipo lo suficientemente competitivo para cumplir con los objetivos y hacer que la pelotita entre. Sin esto no hacemos nada ni vamos a ningún lado, pero restringir la concepción de un club exclusivamente a eso es de un anquilosamiento supino. Pan para hoy y hambre para mañana. El fútbol en la cúspide necesita, complementariamente a lo anterior, de otras cuestiones adyacentes en la gestión.
Una de las líneas que definen a un club grande es que se tome interés por su historia, todos los clubes grandes han dado ese paso definitivo, es una de las líneas que separan esa grandeza o esa pobreza de miras.
Y dichos clubes le han dado carácter de departamento a nivel de otras instancias organizativas. Cuando los clubes se dieron cuenta que necesitaban un departamento de prensa, todos los clubes llegaron a tener un departamento de prensa. Cuando vieron la necesidad de tener un departamento de marketing, todos, absolutamente todos tuvieron un departamento de marketing; cuando necesitaron una fundación, todos la tienen en la actualidad, y cuando se dieron cuenta de la importancia de la historia, todos dieron el paso para poner en marcha los departamentos o a sus responsables de historia. Esta es la concepción actual de un club de fútbol en la Primera división, por no referirnos a un club tetracampeón en Europa.
La historia da empaque a un club, le da identidad, potencia su marca, une a sus bases en torno a ella y es casi la única que no crea discordancia entre los aficionados, sino todo lo contrario, les une. Es lo común, es nuestro orgullo y la del Sevilla FC es mayor y más gloriosa que la de todos los equipos de su entorno.
Por eso el interés no es económico, es de otra índole. Aunque fuese a fondo perdido, que no lo es, no es algo a lo que debiese dar de lado, que en caso de perpetrarlo seria un suicidio intelectual, y desalmar de lo que es importante para sus aficionados: la gloria y las razones por las cuáles pertenecen a ese equipo y no precisamente a otro.
La historia requiere a veces de la valentía de asumirla tal y como ocurrió. Sí, valentía, no hay vuelta de hoja, es la que es en positivo y en negativo. Nos podrá gustar más o menos, querríamos cambiarle algunos aspectos, pero no podemos ya que ocurrió así.
¿Se imaginan cómo sería nuestro club si nuestro presidente no tuviese ese interés por la historia?
ANTIGUO MUSEO DEL SEVILLA FC EN LA SALA DEDICADA A 1890.