En un pueblo de montaña los hermanastros Lena y Guillén viven una existencia sencilla y tranquila. Sin embargo, algo tan inesperado como extraordinario sucede y se ven obligados a separarse. Con los años y la distancia aquella complicidad infantil se convierte en amor juvenil alimentado con un encuentro esporádico y cientos de cartas. El estallido de la Guerra Civil sorprende a Lena en Oviedo y a Guillén en Francia. Sin embargo, la guerra pone a prueba su amor: Lena se ha convertido en enfermera voluntaria del bando sublevado y Guillén forma parte de esas fuerzas que estrangulan la ciudad. Y aunque mas tarde sus destinos volverán a cruzarse tanto en la Varsovia aplastada por los nazis como en la exuberante Tánger de los años cuarenta o en el dramático escenario de la posguerra española, siempre estarán condenados a enfrentarse al mismo dilema: ¿Cómo pueden amarse cuando sus voluntades políticas y sus trayectorias vitales han tomado caminos tan distintos?
De muy buen humor debería de estar yo aquel día... Es un género que sinceramente no me llama nada de nada, y que sea tan tan tan gordo tampoco me seduce mucho, pero ahora que lo he terminado estoy muy contenta de que ese día decidiera ponerme con el. Me he tirado mi tiempo en terminarlo, aunque reconozco que si hubiese querido podría haberlo terminado antes, el caso es que tenia la necesidad de hacer una lectura lenta, profunda, saborear cada uno de los acontecimientos que iban sucediendo en la novela.
Es una novela que esta muy bien documentada, fenomenalmente narrada y que te hace sumergirte en este escenario tan trágico y frío como puede ser la guerra de una forma tan cálida que te hará perder la noción del tiempo. (Y eso es verdad... un día me pase como 6 paradas de la mía, leyendo en el tren volviendo de la universidad). Recomiendo esta novela al 100%, tiene un lenguaje muy sencillo que cuenta cosas muy complejas, una novela con la que he aprendido mucho y con la que he disfrutado aún mas.