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El presidente Sánchez ha comparecido ante los medios llamando a la responsabilidad de la población para hacer frente a la crisis del coronavirus. No deja de ser paradójico que el irresponsable presidente de un gobierno de irresponsables exija responsabilidad a la población, sin ni siquiera haber reconocido uno solo de los muchos errores que este impresentable presidente ha cometido durante esta ya, y por fin, reconocida crisis.
Durante estos pasados días comenté con algunas personas que el comportamiento de este presidente me recordaba mucho al de Rodríguez Zapatero en los inicios de la crisis económica que él se negaba a admitir públicamente. Existe una diferencia de raíz. En 2007 España venía de años de bonanza económica. En esta crisis epidemiológica actual, el desastre económico que pueda avecinarse no contará con el respaldo de una economía anterior saneada porque, en realidad, y pese a lo que ciertos políticos y votantes han asegurado durante las legislaturas del infame y traidor ex presidente Rajoy, España nunca salió de la crisis económica iniciada en 2007.
Salvando tal distancia, el comportamiento de uno y otro presidente es idéntico en las formas y en el fondo. Negación, pose mediática cuando la negación no es ya viable y negación de toda responsabilidad del gobernante. Las consecuencias ya las deberíamos conocer. El problema, entonces una crisis económica y hoy un pandemia con todas sus consecuencias, gestionado tarde y mal, llegará a ser más grande de lo que hubiera sido si hubiera existido prevención.
Existe otro aspecto que diferencia a ambas crisis. En la de 2007 los políticos no sufrieron las consecuencias como sí hizo el común de la población. Tenían bien blindados sus sueldos y prebendas, y muchos, durante aquellas dos nefastas legislaturas, tuvieron el tiempo suficiente de robar lo necesario para asegurarse su futuro. Hoy, la casta política paga su desfachatez e irresponsabilidad y sufre los efectos de la epidemia. Aunque dicha casta se encuentre en obvia situación de privilegio y, por lo mismo, será atendida antes que cualquier ciudadano, los políticos comienzan a sufrir el contagio del coronavirus. Y a día de hoy, seguramente el ejemplo más triste sea el de otra inepta que ostenta cargo de ministra no por méritos ni preparación, sino por ser la amante de Pablo Iglesias. Irene Montero ha dado positivo en el test del covid19. La demagoga e irresponsable miembro del gobierno de coalición de Sánchez, que asistió a la manifestación feminazi del 8M conociendo la situación real de esta crisis y disfrutando de su momento de gloria globalista frente a las cámaras de los medios de comunicación, está infectada. No le importó correr semejante riesgo, aun siendo madre de tres niños de corta edad. Esto es lo que podemos esperar del gobierno de Pedro Sánchez y de los gobiernos y autoridades autonómicas y municipales en general.
Amigos lectores de este blog. Les ruego que sigan los consejos de las autoridades sanitarias, pero les sugiero que desconfíen de las informaciones que ofrecen los políticos y sus secuaces. Como ya ha quedado demostrado, de ellos no suele provenir otra cosa que engaño y expolio.
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