Confieso que llegué al jardín de las maravillas por equivocación, digamos que fue un error de cálculo. Me ocurrió a una edad muy temprana. Desde el principio me fascinó este jardín, había un nivel tecnológico altísimo, una diversiones para todo tipo de gustos y aficiones. Todo un sistema bien organizado para que todo encaje.
Dejé el dogma de estudios, me aburría, lo siento al menos un robot profesor podría tener un coeficiente medio alto. No entendía este jardín, si tan bien se vivía aquí, ¿Por qué tenía que estudiar? Al hacerme esta pregunta, saltó la alarma del microchip que tenía alojado en el cerebro, microchip que instalaban a todos los individuos del jardín, para encaminarlo por el buen sentido de la vida. Alarmados, una persona del consejo de dirección del jardín se puso en contacto conmigo para disipar mis dudas.
"¿Para qué me sirve estudiar?" Pregunté
"En la vida, hay que estudiar para ser alguien, para labrarse una profesión que te de un futuro" Su voz sonaba imponente, con potencia y a la vez clara y con vocabulario.
Anonadado, pregunté "¿Dice usted, que tengo que utilizar un tercio de mi vida, para ser "alguien" o tener futuro el resto de mis días?" Lo miré a los ojos "No lo entiendo, matemáticamente no es rentable, supongo que ya he utilizado demasiado para lo que ofreces"
"En realidad, hay solo obtienes el título, luego tendrás que empezar a labrarte tu vida profesional"
"¿Y cuando termino?"
"Cuando te jubiles, que entonces descansaras haciendo lo que te plazca"
"Dios mio, no me cuadra, ¿Solo disfrutaré un 15 % de mi existencia? No olvidalo, no lo quiero, ¿Qué otra cosa hay en el jardín de las maravillas?"
"Bueno, eso es lo mejor que podrías hacer, pero si quieres otra, siempre hay muchas posibilidades, pero en algo tienes que trabajar, tienes que ganar dinero"
"Dinero, ¿Qué es eso?"
"Verás, el dinero es lo que nos mantiene en este sistema, es necesario"
"No lo entiendo, ¿Pero eso se come?"
"No, claro que no, verás, el dinero lo es todo"
"Ah, ya lo entiendo, el dinero es Dios"
"No insultes de esa manera, Dios, es un producto que también se puede comprar con dinero"
"Ok, entonces olvidalo, no me interesa el dinero, ¿Qué otra cosa hay?"
La persona de la dirección parecía ofendida, "Como que no quieres dinero, aquí en el jardín es obligatorio el dinero, ¿Cómo vivirás entonces?"
"Comiendo y bebiendo" Respondí.
"Para comer hay que tener dinero para comprar alimentos"
"Cada vez estoy más liado, entonces dedico una tercera parte de mi vida a estudiar, para luego trabajar que solo sirve para alimentarme" Pensativo tarde un poco en decir lo siguiente. "¿Y no es más fácil cogerlo los alimentos directamente de los árboles? Hay muchos alimentos esparcidos por todo el jardín"
"Hijo, esos árboles esparcidos por el jardín son propiedad privada si coges un solo alimento sin dinero, los robots mercenarios policias y los robots mercenarios soldados te apresaran y encerraran en la cárcel quitándote la libertad"
"Joven, tengo que irme, te doy un consejo estudia y cotiza, así tendrás una buena jubilación"
Me despedí apesadumbrado, paseé por las inmediaciones del jardín, era precioso, veía por un lado a la gente divirtiéndose, con la tele, el teatro, la música, el deporte y por otra la cara de los trabajadores en sus jornadas. Todo tiene sus cosas buenas y sus cosas malas y que puedo hacer yo, que llegué a esta mierda de jardín sin quererlo, sin pedirlo, adonde voy, no hay otra que apechugar y pa lante.Rubén Jiménez Triguero